Dirigentes palestinos acusan a Romney de "racismo" tras su gira por Oriente Próximo

El aspirante republicano había dicho que la prosperidad de Israel era por razones "culturales"

Mitt Romney, durante un discurso sobre política exterior, el domingo, en Jerusalén.

Mitt Romney, durante un discurso sobre política exterior, el domingo, en Jerusalén. / gk

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Lospalestinoshan acusado al candidato republicano a lapresidencia de EEUU,Mitt Romney, de racismo, después de que sugiriera que las disparidades entre las economías israelí y palestina tenían su origen en razones culturales. Durante un discurso ante donantes enJerusalén, Romney, de visita enIsrael para impulsar sus credenciales electorales antes de las elecciones del 6 de noviembre contra el presidenteBarack Obama, aseguró que elPIB per cápita era el doble del de la entidad palestina.

Se trata de una "dramática y marcada diferencia en la vitalidad económica", declaró el aspirante, sin mencionar el férreo control que ejerce elEjército israelí sobre la mayoría del territorio donde los palestinos viven. Romney ni siquiera se hizo eco de valoraciones mucho menos generosas sobre la economía palestina, elaboradas por la CIA,que indican que la distancia entre ambas cifras es mucho más amplia. Para el 2011, el PIB per cápita de Israel, según esta fuente era de31.400 dólares, mientras que para los palestinos fue en el 2008 de2.900.

Romney continuó proclamando que las razones eran, ante todo, culturales: "si uno puede aprender algo de la historia económica del mundo, ésta es la siguiente: la diferencia radica en la cultura... Y reconozco la mano de la providencia cuando seleccionó este lugar".

La reacción no se hizo esperar. El líder delequipo negociador palestino, Saeb Erekat, aseguró que los comentarios de Romney equivalían a "una declaración deracismo que, además, demuestra su falta de conocimiento". "Todo el mundo sabe perfectamente que los palestinos no pueden alcanzar su pleno potencial dadas las restricciones que han impuesto sobre ellos los israelís", enfatizó.

Durante su visita de dos días de duración a Israel, no ha viajado a losTerritorios Ocupados, y únicamente encontró tiempo para celebrar un breve encuentro con el primer ministro palestino Salam Fayyad, antes de emprender viaje a Polonia. La controversia suscitada durante su etapa en Oriente Próximo ha seguido a la irritación que causó en Londres al poner en cuestión la idoneidad de la ciudad para acoger los Juegos Olímpicos.