El desafío yihadista

La ONU pide a Turquía que deje pasar a voluntarios contra el Estado Islámico

Ankara desecha permitir el paso a los kurdos e insiste en una "zona de seguridad"

Un grupo de kurdos turcos rezan por el pueblo de Kobani en un campo en el sur de Turquía, ayer.

Un grupo de kurdos turcos rezan por el pueblo de Kobani en un campo en el sur de Turquía, ayer.

ANDRÉS MOURENZA / ESTAMBUL

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Ante lo que parece una inminente caída del enclave kurdo-sirio de Kobani en manos del Estado Islámico (EI), el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, ha pedido este viernes a Turquía que «permita la entrada de voluntarios» a la ciudad asediada por los yihadistas para que «contribuyan a la operación de autodefensa». «Si no actuamos todos, incluyendo Turquía, lamentaremos mucho haber perdido la oportunidad de detener al Estado Islámico», subrayó el diplomático sueco.

La situación en Kobani es, cada día que pasa, más desesperada. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, informó de que los yihadistas «tomaron el control completo del recinto de seguridad de la ciudad», donde se encuentran los edificios de Gobierno, el cuartel general de las milicias YPG y la dirección de Seguridad, y «avanzaron en la Calle 48», una importante avenida que divide la ciudad en este y oeste. «Los combatientes del EI tienen el control de el 40 % de Kobani», añadió el Observatorio.

A medida que la batalla se interna en la ciudad, los bombardeos aéreos de la coalición que lidera EEUU parecen cada vez menos efectivos. Además, el EI ha desarrollado la estrategia de llevar municiones y armas en motos, lo que dificulta su detección por parte de los cazas, ya que estos vuelan a gran altura. Según el mando del YPG, los yihadistas han incrementado los ataques suicidas con vehículos cargados de explosivos y continúan bombardeando el centro de la ciudad, donde residen los civiles.

De Mistura avisó de que los ataques del EI se están enfocando en el norte de la localidad, que comunica con Turquía y que, de caer en manos de los islamistas, podría suponer «la masacre de las personas que siguen dentro de la ciudad», que el diplomático cifró en unas 13.000.

El corredor

En una rueda de prensa en Estambul, Sebahat Tüncel, copresidenta del HDP, el principal partido kurdo de Turquía, exigió al Gobierno la apertura de «un corredor» a Kobani para que pueda llevarse ayuda humanitaria y armas. La misma petición también la han hecho las autoridades de Kobani, quienes achacan su inferioridad respecto a los yihadistas a que, al contrario que en el caso de los kurdos de Irak, no han recibido armas occidentales.

Sin embargo, el viceprimer ministro turco, Besir Atalay, rechazó categóricamente que vaya a permitir el flujo de armas al enclave asediado e insistió en su idea de una «zona de seguridad» en la que Kobani quedaría incluida, algo que no sólo rechazan los kurdos sino también Irán. «Hemos advertido a Turquía en contra de que tenga presencia militar sobre el terreno en Siria», avisó ayer el ministro de Exteriores iraní, Hosein Amir Abdolahian. Con todo, admitió que Teherán negocia con Ankara cómo contribuir a la lucha contra el EI y anunció que «tomará las acciones necesarias para ayudar a la población kurda».

Por otra parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en declaraciones a la cadena CNN-Türk, dejó claro que cualquier plan militar en Siria «compete a la Coalición» y no a la Alianza Atlántica.