La ONU denuncia violaciones colectivas "sistemáticas" de militares birmanos a mujeres rohingyas

Las Fuerzas Armadas de Birmania practican "sistemáticamente" violaciones colectivas de mujeres rohingyas, ha denunciado este domingo Pramila Patten, representante especial de la ONU que ha recogido testimonios en el sureste de Bangladés, donde se refugian centenares de miles de miembros de esta minoría musulmana.

Muchas de estas atrocidades "orquestadas" por las Fuerzas Armadas birmanas "pueden constituir crímenes contra la Humanidad", ha declarado Patten. "He escuchado horribles relatos de violaciones y de violaciones colectivas, de mujeres y niñas que luego han sido asesinadas", ha añadido.

"Atrocidades a gran escala"

Según la representante especial de la ONU, estas violaciones colectivas responden a "un patrón de atrocidades a gran escala" que apuntan "sistemáticamente a las mujeres y niñas rohingyas debido a su origen étnico y religión". Esta violencia sexual ha sido "ordenada, orquestada y cometida por las Fuerzas Armadas de Birmania" en el estado de Rajín, ha afirmado Patten.

Los testimonios de las supervivientes narran "violaciones masivas cometidas por varios soldados, humillaciones", "mujeres obligadas a desnudarse en público" y "esclavitud sexual en cautiverio", según Patten. "Una superviviente relató que estuvo detenida por las Fuerzas Armadas birmanas 45 días, durante los que fue sistemáticamente violada. Otras todavía tienen cicatrices, hematomas y marcas de mordiscos que atestiguan su terrible experiencia", ha explicado.

Entre los perpetradores de la violencia sexual se encuentran también policías fronterizos birmanos y miembros de milicias budistas y de otros grupos étnicos, ha añadido Patten.

Casi todos han huido

Unos 900.000 musulmanes rohingya birmanos, la mayoría del millón de rohingyas que vivían en el estado de Rajín, han huido de Birmania en busca de refugio en Bangladés.

Según Patten, los actos de violencia sexual, cometidos en el marco de una "persecución colectiva de los rohingya", han sido un "factor clave en el desplazamiento forzado a gran escala", y representan "una herramienta de terror calculado con el objetivo de exterminar y suprimir a los rohingyas como grupo'.