LA GUERRA DE SIRIA

"Ojalá me hubieran matado a mí en vez de a ti"

El niño de Alepo aferrado al cadáver de su hermano menor perdió a su padre hace tres meses en otro bombardeo

Un niño sirio es consolado mientras llora junto al cuerpo de su hermano pequeño que murió en el ataque aéreo del régimen de Bashar al Asad al hospital de Al Quds.

Un niño sirio es consolado mientras llora junto al cuerpo de su hermano pequeño que murió en el ataque aéreo del régimen de Bashar al Asad al hospital de Al Quds. / periodico

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La población civil de la ciudad de Alepo vive al límite la última ofensiva lanzada por el Ejército de Asad en la guerra de Siria. Día tras día, masacre tras masacre, las bombas van cobrándose vidas en un constante goteo. Una de las últimas masacres provocadas por los bombardeos de la aviación del régimen del dictador sirio, Bashar Al Asad, se produjo al alcanzar esos ataques un hospital infantil, causando la muerte a al menos 50 personas, según las últimas informaciones facilitadas por Médicos Sin Fronteras. Entre los fallecidos estaba Mohamed Mouaz, el último pediatra que trabajaba en los barrios de la ciudad de Alepo bajo control insurgente, dos enfermeras y tres niños. 

Uno de esos niños fallecidos en el ataque es el hermano pequeño del chico sirio cuya foto, en la que aparece llorando y velando el cuerpo de su familiar, ha dado la vuelta al mundo. La instantánea fue portada en numerosos medios, entre ellos, EL PERIÓDICO DE CATALUNYA. La suya es una historia dura y con mucho dolor, que por desgracia, en Siria, es de lo más común.

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Según ha informado la cadena de televisión Al Jazeera, el chico sirio, cuyo nombre y edad no se han llegado a revelar, perdió a su padre tres meses atrás en otro bombardeo del régimen contra civiles, y ahora ha sido el turno de su amado hermano menor. En la grabación, el chico abrazo el cadáver de su hermano, le acaricia suavemente el rostro, pues la cabeza es lo único que sobresale de la bolsa, negra y polvorienta, que contiene el cuerpo.  

"Era el amor de mi padre", lloraba el chico, completamente destrozado, sin soltar el cuerpo inerte de su hermano, mientras varias personas de los servicios de rescate, en un intento de acompañarle en su dolor, le tomaban del brazo. "Ojalá me hubieran matado a mí en vez de a ti", se lamentaba entre sollozos. Él había logrado salir por su propio pie de entre las ruinas del hospital reducido a polvo, cemento y alambres por el ataque. 

El hospital de Al Quds, respaldado por Médicos sin Fronteras (MSF) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC) era uno de los pocos que quedaban operativos en la zona. Disponía de una unidad de cuidados intensivos y un quirófano. Todo ha quedado destruido.