PATRIA ADOPTIVA DEL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE

Obama, versión de Yakarta

El gobernador de la capital, Joko Widodo, aspira a la jefatura del Estado imitando al líder norteamericano

Parecido asombroso 8 Camisetas con el rostro de Joko Widodo.

Parecido asombroso 8 Camisetas con el rostro de Joko Widodo.

J. T.
JAKARTA

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«Apenas reconozco la ciudad. Cuando llegué, en 1967, la gente se movía en bicitaxis». Cuando Barack Obama volvió a Yakarta, en el 2010, tras casi cuatro décadas de ausencia, las calles aparecían saturadas de coches y motos, y Joko Widodo (o Jokowi, como se le conoce popularmente) acababa de ser reelegido alcalde de su ciudad, Solo, en la isla de Java, con un desconcertante 90% de los votos.

En un aula de la escuela pública SDN Menteng 1, en un acaudalado barrio capitalino, un retrato sonriente del exalumno Obama a carboncillo asegura ser inspiración de los actuales estudiantes. Y no extrañaría que lo hubiera sido también para Jokowi, que en los últimos nueve años ha pasado de la exportación de muebles a aspirar a la presidencia del cuarto país más poblado.

Su fórmula no puede ser más lógica: escuchar de primera mano las demandas de sus electores y tratar de satisfacerlas. Ni como alcalde, primero, ni como gobernador de Yakarta, después, ha dejado de practicar los blusukan, visitas espontáneas que le acercan al ciudadano de a pie. Su indumentaria, además, es la de cualquier indonesio, con una camisa de estampado a cuadros azules, blancos y rojos que ha popularizado hasta el punto de que se encuentra a la venta en mercadillos callejeros.

El repentino ascenso político de Jokowi, su imagen de conciliador, su cercanía con la gente y su mensaje de cambio le granjearon el apodo facilón de Obama indonesio en cuanto irrumpió en la política nacional. Es el primer aspirante a la presidencia que no pertenece a la élite gobernante. El parecido con el mandatario estadounidense de algunos rasgos, como la sonrisa, hicieron el resto. Así, era cuestión de tiempo que aparecieran las camisetas con el rostro dibujado de Jokowi junto a la leyenda Hope (esperanza), un calco de las de Obama.

Inversores extranjeros

Con un inglés menos fluido que el de su oponente en la carrera presidencial, Prabowo Subianto, Jokowi cuenta con la aparente simpatía de los inversores extranjeros, entre ellos estadounidenses, que ven en Prabowo a un nacionalista exacerbado. Por sus supuestas violaciones de los derechos humanos durante su tiempo como militar de alto rango, EEUU le denegó la entrada en una ocasión. «Decir que Prabowo tiene una reputación polémica es un eufemismo. Sus vínculos directos con graves violaciones de los derechos humanos bajo [el régimen de] Suharto lo convierten en veneno para muchos indonesios», señalan cables diplomáticos filtrados por Wikileaks.

Pero aunque el efecto Obama tiene tirón, a Jokowi le ha pasado lo que al propio Barack en EEUU: que el globo de la esperanza se ha ido desinflando.