MATANZA EN UNA ESCUELA DE CONNECTICUT

Obama: "Estas tragedias deben acabar. Tenemos que cambiar"

El presidente pronuncia un emotivo discurso en Newtown en el que evita concretar medidas contra las armas

IDOYA NOAIN / Newtown (enviada especial)

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Enfrentado a la enésimamasacrecometida con armas de fuego enEstados Unidos, la cuarta que durante su tiempo en la Casa Blanca le lleva a viajar a una ciudad para tratar de consolar a las familias de las víctimas, el presidente,Barack Obama, ayer no prometió cambio, lo urgió. Para desencanto de quienes esperaran concreción, el presidente --pese a su habitual oratoria brillante-- fue genérico y eludió referirse directamente al fácil acceso a potentes armas como elrifle de asalto empleado el viernes por Adam Lanza, un joven de 20 años, en unamatanza en una escuela primaria en Newtown (Connecticut).

"No podemos tolerar esto más. Estas tragedias deben acabar. Y para acabarlas tenemos que cambiar", dijo Obama en su intervención de 19 minutos durante un servicio religioso multiconfesional en un instituto deNewtown.

Difícil reto

Obama enfrentaba un difícil reto. Hablaba, tras reunirse en privado en el instituto con los padres de 20 niños de 6 y 7 años asesinados por Lanza y las familias de las seis adultas que también perdieron la vida en la matanza, a una ciudad conmocionada. Pero hablaba también a todo un país donde, en los tres últimos días, se han alzado con más urgencia voces que le reclaman acciones más contundentes y precisas para regular las armas.

Obama no las satisfizo directamente pero hizo una promesa. "En las próximas semanas --afirmó-- usaré todo el poder de mi cargo para involucrar a mis conciudadanos en un esfuerzo dirigido a prevenir más tragedias como esta. ¿Qué otra opción tenemos? No podemos aceptar esto como rutina". Sin citar nada específico, además, trató de restar potencia a algunos argumentos que sabe que enfrentará en cualquier empeño por incrementar elcontrol de armasen un país donde son muchos, poderosos y decisivos electoralmente, los defensores a ultranza de unasegunda enmienda de la Constitución que establece el derecho a las armas (aunque el texto mencione "una milicia bien armada").

"¿Estamos realmente preparados para decir que somos impotentes ante tal carnicería, que las políticas son demasiado difíciles? --planteó el presidente--. ¿Estamos preparados para decir que la violencia que encuentran nuestros niños año tras año es simplemente el precio de nuestra libertad?".

Mensaje emotivo

El discurso estuvo salpicado de momentos emocionales, como la mención por nombre de todas las víctimas o la anécdota de un niño que durante el tiroteo trató de calmar a su profesora diciéndole que sabía kárate y les iba a sacar de la escuela. También, demensajes duros a la nación para replantearse sus errores. "¿Podemos decir honestamente que estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños? Si somos honestos con nosotros mismos --contestó-- la respuesta es no. No estamos haciendo lo suficiente y tendremos que cambiar".

Poco después de ofrecer el discurso, Obama embarcó en el Air Force One para volver a Washington. Los ciudadanos de Newtown, muchos abrigados con mantas facilitadas por la Cruz Roja para protegerse de las gélidas temperaturas, empezaron el retorno a sus casas. Hasta mañana martes ningún niño irá a la escuela en la ciudad, que ha decidido mantenerlas cerradas este lunes y organizar en cambio actividades deportivas y recreativas. Los niños supervivientes de la masacre de Sandy Hook tardarán por lo menos hasta el miércoles en regresar a las aulas, reubicados en otro colegio de enseñanza primaria en la cercana localidad de Monroe. Y la nación, especialmente quienes reclaman a Obama acciones concretas, empezará a ver si las palabras pronunciadas en un domingo de luto se transforman en un verdadero cambio.