Obama protege el Ártico de la explotación del petróleo y el gas

Trump lo tendrá difícil para revocar la ley, que busca luchar contra el cambio climático

Plataforma petrolífera Leiv Eiriksson, en el océano Ártico.

Plataforma petrolífera Leiv Eiriksson, en el océano Ártico. / AJP**LON**

ALAN RUIZ TEROL / WASHINGTON

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El presidente de EEUU, Barack Obama, ha aprobado una ley para proteger el Ártico y zonas del Atlántico prohibiendo la extracción de gas y petróleo en alta mar. La medida, aprobada el martes, es un paso más —el último, quizá— en los esfuerzos de Obama para combatir el cambio climático. Y lo que es más importante: está diseñada de manera que Donald Trump, quien ha dicho que el cambio climático es un invento de China, no podrá deshacerse de ella de un plumazo. A falta de un mes para que Trump ocupe la Casa Blanca, Obama intenta preservar su legado poniéndole las cosas difíciles a su sucesor.

El presidente se ha amparado en una ley de 1953 que le permite actuar unilateralmente; es decir, le exime de buscar el apoyo del Congreso, dominado por un Partido Republicano que no quiere ni oír hablar de medidas para proteger el medioambiente. Varios presidentes —incluídos republicanos, como Richard Nixon y George Bush— usaron anteriormente esta ley para proteger aguas federales sin que nunca ningún sucesor derogara la medida.

“Obama se va y quiere sellar su legado medioambiental antes de que Trump asuma la presidencia”, cuenta Joel R. Segal, miembro de la plataforma contra el cambio climático The Justice Action Mobilization Network. “Si Trump quiere deshacer esta ley tendrá que ir a juicio. Esto es importante, porque no podrá simplemente eliminarla con una orden ejecutiva. Y si va a juicio, puede tardar años”.

TRUMP Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Durante la campaña electoral, Trump prometió que si era presidente abandonaría los acuerdos de París, uno de los mayores hitos en la lucha contra el cambio climático. Tras las elecciones, bajó el tono: insinuó que estudiaría el acuerdo y llegó a decir que la acción humana podía tener algún efecto sobre el medioambiente. Pero si los más optimistas creyeron que había esperanzas, los nombramientos de su Administración han rebajado las expectativas.

Sin ir más lejos, al frente de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) ha colocado a un enemigo declarado de las regulaciones para proteger el clima: Scott Pruitt. Pritt, fiscal general de Oklahoma, tuvo litigios legales con la agencia que ahora dirigirá por regular las emisiones de metano. Además, Pritt cuestiona el consenso de la comunidad científica con respecto al cambio climático. El secretario de Energía, Rick Perry, también lo pone en duda. Uno de los cargos más importantes del Gobierno, el de secretario de Estado, lo ocupará Rex Tillerson, consejero delegado de la mayor petrolera privada del mundo, Exxon mobil.

EL ÁRTICO Y EL CANARIO DE LA MINA

En sus esfuerzos por proteger el Ártico, Obama ha ido de la mano con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien también ha anunciado que prohibirá las perforaciones en sus aguas. Pese a las altas medidas de seguridad, decía el presidente, el riesgo de un vertido era significativo y la capacidad de limpiar las aguas árticas, limitada.

Sin embargo, el mayor peligro medioambiental que corre el Ártico no es el crudo que pueda vertirse en sus aguas, sino el que alimenta el calentamiento global. Harvard G. Ayers, profesor emérito de antropología en la Appalachian State University, ha entrevistado a decenas de esquimales sobre los efectos del cambio climático: “Hasta hace poco, los habitantes de Kaktovik (Alaska) podían ver el hielo en el océano des de su isla. Ahora, el hielo está a unas 300 millas en dirección al Polo Norte. Entremedio, todo está derretido”.

Los cambios en el Ártico, dice Ayers, deberían hacer saltar las alarmas en todo el mundo. “El Ártico es como el canario en las minas”, dice. Del mismo modo que la muerte del canario alerta a los mineros de una fuga de gas tóxico, los efectos del cambio climático se notan antes en el Ártico que en el resto del mundo. Y Ayers añade: “Ya están ocurriendo”

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