Obama logra el apoyo para que el Congreso valide el pacto con Irán

Después de casi dos meses de cruenta batalla política en la que ambos bandos han recurrido a la demagogia para dar fuerza a sus argumentos, la Administración de Barack Obama puede cantar victoria. El presidente de EEUU ha obtenido los apoyos necesarios para impedir que la mayoría republicana en las dos cámaras del Congreso tumbe el acuerdo nuclear con Irán firmado con las grandes potencias el pasado 14 de julio. 34 senadores demócratas ya se han comprometido a respaldar el pacto, lo que deja a sus detractores sin los votos necesarios para bloquear su ratificación.

El acuerdo ha generado una enorme división en Washington, donde nadie ignora las potenciales consecuencias que podría tener para la estabilidad en Oriente Próximo o los recelos que despierta en países aliados como Israel y Arabia Saudí. Incluso entre los apoyos demócratas al pacto, hay muchas reservas, como expresó ayer la senadora por Maryland, Barbara Mikulski. «El levantamiento de las sanciones llega más rápido de lo que me gustaría y su reinstauración requerirá un continuo apoyo internacional. Pero después de considerar las alternativas, apoyaré este acuerdo», dijo la senadora, cuya postura deja a los republicanos sin opciones para revocarlo.

El pacto firmado en Viena contempla el levantamiento de las sanciones a Irán a cambio de una serie de garantías que le impedirán desarrollar armas nucleares durante 15 años. Pero la mayoría del Congreso no se fía de la palabra de los ayatolás ni del estricto régimen de inspecciones impuesto por el acuerdo, y el próximo 17 de septiembre votará para rechazar el pacto. Acto seguido, Obama vetará la resolución, un veto que solo podría ser revocado con el respaldo de dos tercios de los legisladores en las dos cámaras. Pero esa aritmética es ya imposible en el Senado. Obama ha vencido.

HABILIDAD NEGOCIADORA

En gran medida, su éxito se debe a la habilidad de su Administración para convencer a los demócratas de que el portazo al acuerdo dejaría a EEUU solo y sin margen para renegociarlo porque es muy cuestionable que Rusia, China o Francia estén dispuestos a dejar en papel mojado un acuerdo que también firmaron por los caprichos del Congreso estadounidense. «Es difícil concebir un golpe más fulgurante y autodestructivo a la credibilidad y el liderazgo de nuestro país que un voto contra el acuerdo», dijo ayer el secretario de Estado, John Kerry, en un discurso para defender el pacto con Irán.

Kerry reiteró que el acuerdo no está basado en promesas ni en la confianza hacia el régimen iraní, sino en estrictos mecanismos de verificación que condicionan el levantamiento de las sanciones a las medidas que adopte Teherán. Para calmar a sus aliados, la Casa Blanca pretende reforzar a Israel y Arabia Saudí, los grandes perdedores de esta historia, para que mantengan su ventaja militar respecto a Irán.

Ninguna de esas concesiones bastarán para aplacar la oposición del Gobierno israelí y sus aliados en el Congreso. «Los iranís se han asegurado los suficientes votos en el Senado para allanar el camino hacia la bomba, los misiles para lanzarla y el dinero para pagarla», dijo el candidato republicano a la presidencia Lyndsey Graham.