DECLIVE DE UN LÍDER

Obama pierde a su público

Docenas de personas que asistían a un mitin de campaña, la mayoría negras, se levantan y se van en cuanto habla el presidente de EEUU

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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En su primer acercamiento a la campaña para las elecciones legislativas del próximo 4 de noviembreBarack Obama optó el domingo por jugar en casa. Viajó unos pocos kilómetros hasta Maryland para apoyar la candidatura de Anthony Brown al puesto de gobernador, un cargo que ya ocupa un demócrata. En ese mismo condado, obtuvo casi el 90% de los votos en las presidenciales de hace dos años y ahora le esperaba un auditorio de 8.000, la práctica totalidad de ellas negras. Más fácil imposible. Pero a los pocos minutos de empezar a hablar ocurrió algo extraño. Alguna gente se puso de pie se marchó antes de que acabara el discurso.

Político lo describió así: «Una vez que el presidente empezó a hablar, un goteo de gente empezó a desfilar hacia afuera, unos pocos primero y, más tarde, por docenas, una vez Obama llevaba hablando unos 10 minutos. En cualquier caso, la gran mayoría del público se quedó todo el evento».

Para un político que arrastró a multitudes mesiánicas con sus discursos en la campaña que le llevó a la presidencia, la circunstancia es cuanto menos poco habitual y refuerza la idea de la creciente impopularidad de Obama.

Tanto en Maryland como en Chicago, sus dos primeros bolos de esta campaña después de haberse dedicado exclusivamente a eventos de recaudación de fondos a puerta cerrada, Obama pidió a los demócratas que salgan a votar. Ese será el gran reto del partido, movilizar a las minorías, una pieza fundamental de su electorado que tiende a quedarse en casa en las legislativas. «No hay excusas, el futuro depende de nosotros», afirmó en la primera escala del día. «Si queréis mejores políticas en Washington y en Maryland, tenéis que votar por ellas». Una persona del público le interrumpió para protestar por las promesas incumplidas de la reforma inmigratoria. «Debería protestar contra aquellos que la han bloqueado», le respondió Obama en alusión a los republicanos.

En las próximas dos semanas, el mandatario estadounidense, que votó ayer en su estado de Ilinois para dar ejemplo y movilizar el voto anticipado, comparecerá en al menos media docena de mítines más, pero en ningún caso se acercará a los estados donde se decide el Senado y las espadas siguen en alto. En esas plazas, Obama ni es popular ni es bienvenido por su partido, que ha llegado a la conclusión de que lo más rentable políticamente es huir de la identificación con las políticas de la Casa Blanca.

HISTERIA ANTE EL ÉBOLA

Algunos de esos candidatos han adoptado una jerga más propia de los conservadores al abordar la respuesta sanitaria al ébola. «Los ciudadanos de Arkansas tienen todos los motivos para estar enfadados», ha dicho el senador Mark Pryor, casi cuatro puntos por debajo de su rival republicano en las encuestas. «Se han cometido errores donde no se pueden cometer errores».

Y cada vez más demócratas apoyan la propuesta de sus rivales para cerrar los aeropuertos a los vuelos procedentes de Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry, en contra de la posición de la Administración. «Esta es una enfermedad seria, pero no debemos dejarnos llevar por el miedo o la histeria», dijo Obama en su discurso grabado de los sábados. Ambos dos están siendo explotados por los republicanos en sus anuncios de campaña.