EN EL SALVADOR

Nuevo santo en Centroamérica

El papa Francisco ha rescatado la beatificación de Oscar Romero, paralizada desde 1990 por los más conservadores del Vaticano

Más de 300.000 personas han celebrado la beatificación del ahora san Romero de América.

Más de 300.000 personas han celebrado la beatificación del ahora san Romero de América. / LM LM**MEX**

TONI CANO / MÉXICO

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Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo salvadoreño que fue “la voz de los sin voz” y se convirtió en “san Romero de América” después de que un francotirador ultraderechista lo matara en plena misa, ha sido beatificado este sábado ante unos 300.000 devotos y peregrinos que han desbordado la plaza Cristo Salvador del Mundo y todo el centro de la capital de El Salvador.

Camino a la canonización, la beatificación de monseñor Romero se ha concretado, en medio de una larga y emocionante ceremonia, cuando el cardenal Angelo Amato, enviado del papa Francisco, ha incensado la camisa ensangrentada que el arzobispo de San Salvador llevaba aquel día de marzo de 1980, junto a flores y una palma que simboliza la “victoria de los mártires”.

Amenazado por los escuadrones de la muerte desde que en 1977 fue nombrado arzobispo de la capital de El Salvador, Arnulfo Romero fue un firme defensor de los Derechos Humanos de los más pobres y trató sin éxito de evitar una guerra civil de 10 años que dejó más de 75.000 muertos.

En carta a la curia salvadoreña, el Papa ha recordado a monseñor Romero como constructor de la paz y ha dado gracias a Dios “porque concedió al obispo mártir la capacidad de ver y oír el sufrimiento de su pueblo”, Asimismo, ha señalado Francisco, “fue moldeando su corazón para que, en su nombre, lo orientara e iluminara, hasta hacer de su obrar un ejercicio pleno de caridad cristiana”.

La llegada del papa Francisco al Vaticano en el 2013 resultó decisiva para culminar una causa de beatificación que se introdujo en 1990 y quedó paralizada en medio de reticencias de los sectores más conservadores. Ahora seguirá la causa de la canonización, aunque ya desde su muerte Oscar Arnulfo Romero se convirtió para los sin voz en “san Romero de América”.