TENSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

Netanyahu: "El acuerdo allana el camino de Irán hacia la bomba"

El primer ministro de Israel alerta ante el Congreso de EEUU del riesgo de un pacto nuclear con el régimen de los ayatolás

Netanyahu ante el Congreso de EEUU

Netanyahu ante el Congreso de EEUU / kbs

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Ni las protestas de la Casa Blanca, ni las críticas en Israel o el daño ocasionado a las relaciones bilaterales han detenido a Binyamin Netanyahu. El primer ministro israelí ha condenado en el Congreso de Estados Unidos con extraordinaria dureza el acuerdo que la Administración de Barack Obama y otros cinco países negocian con Irán para resolver el contencioso nuclear. Netanyahu ha asegurado que el mundo no puede permitirse que el “islamismo militante” del Irán de los ayatolás se haga con la bomba.

“Este acuerdo es un mal acuerdo, muy mal acuerdo y estaremos mejor sin él”, ha dicho este martes en un claro desafío a la Casa Blanca, casi al mismo tiempo en que el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, se reunía en Ginebra con su homologo iraní, Mohammad Zarif, para proseguir con las negociaciones. El polémico discurso de Netanyahu ha abierto una brecha en el tradicional y casi sagrado respaldo bipartidista que genera el apoyo a Israel en el Congreso. El presidente Barack Obama ya le ha afeado que no haya aportado "ninguna alternativa viable" al acuerdo en ciernes.

Estaba previsto que más de 50 diputados y senadores demócrastas no asistieran al al discurso en la Cámara de Representantes, como tampoco lo ha hecho Obama o el vicepresidente, Joe Biden. La Casa Blanca se siente traicionada por los intentos israelís de dinamitar las negociaciones y ha llegado a acusar a su aliado judío de “filtrar selectivamente” los detalles de una negociación que ha fijado el 1 de julio como plazo para alcanzar un acuerdo final.

SIN DEMOLICIÓN DE INSTALACIONES

Netanyahu ha abierto su alocución con una palabras conciliadoras hacia Obama, al que ha agradecido “todo lo que ha hecho por Israel en los últimos años”. Pero el gesto inicial de apaciguamiento, ha dejado paso a un salvo de argumentos vehementes contra el pacto que se negocia. El líder del Likud ha dicho que Irán podrá mantener “prácticamente intacta” su infraestructura nuclear y “ni una sola instalación será demolida”, por lo que solo en un año –menos, según las estimaciones israelís—Teherán podría enriquecer suficiente uranío para fabricar una bomba.

La Casa Blanca sostiene que no podrá hacerlo sin que antes se den cuenta los inspectores internacionales y Washington actúe para evitarlo, pero Netanyahu ha advertido que lo mismo se dijo en su día de Corea del Norte, sin que se pudiera hacer nada a la postre para prevenirlo. También ha señalado que el acuerdo levantaría todas las restricciones impuestas a Irán en el plazo de una década. “Por esto el acuerdo es tan malo. No bloquea el camino de Irán hacia la bomba sino que lo allana. Así que por qué alguien querría firmarlo? ¿Acaso creen que Irán cambiará en los próximos años?

OVACIÓN EN PIE

Su discurso ha sido interrrumpido en multitud de ocasiones por la ovación en pie de los congresistas estadounidenses. Netanyahu ha tirado de su manual habitual, con referencias al Holocausto y comparando oblicuamente al regimen iraní con los nazis. “La alternativa a este acuerdo es un acuerdo mucho mejor, que no deje a Irán con una vasta infraestructura nuclear y tan poco tiempo para producir la bomba”. A su juicio, de consumarse, pondría en marcha una carrera nuclear en Oriente Próximo.

En estos últimos días, la Casa Blanca ha puesto en cuestión la credibilidad de Netanyahu, un político que ya en 1992 aseguró que Irán necesitaría solo entre tres y cinco años para fabricar una bomba. Pero su decisión de denunciar el acuerdo en ciernes ante el Congreso, que ha sido ampliamente criticada en Israel porque se produce a solo dos semanas de las elecciones y, que por lo tanto ha sido interpretado como una maniobra de campaña, añadirá más presión a la Administración Obama. Buena parte del Congreso, recela tanto como el Gobierno israelí del pacto que se negocia.