El negocio de un apellido

Hillary Clinton ha ganado cinco millones de dólares tras dejar del Departamento de Estado en el 2013

R. M. F.
WASHINGTON

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A principios del verano pasado, Hillary Clinton abrió las puertas de su casa de Washington, una mansión colonial de cinco habitaciones situada en el barrio de las embajadas, a la periodista Diane Sawyer de la cadena ABC. Sawyer le preguntó por los cerca de cinco millones de dólares que la exsecretaria de Estado ha ganado ofreciendo discursos desde que abandonó el cargo en el 2012 y Clinton le respondió con unas palabras que acabó lamentando más tarde. «Nosotros salimos de la Casa Blanca totalmente arruinados y con deudas»aseguró durante la entrevista. «No teníamos dinero cuando llegamos allí y nos costó mucho reunir los recursos para pagar las hipotecas de las casas y la educación de Chelsea. No fue fácil».

Aquellas declaraciones no tardaron en convertirse en motivo de mofa porque, aunque es cierto que los Clinton acumularon varios millones de dólares en deudas por los costes legales de los escándalos Lewinsky y Whitewater, la pareja no ha tenido problemas para ganar dinero a expuertas desde entonces. Varias estimaciones apuntan a que solo el expresidente Bill Clinton habría facturado cerca de 125 millones de dólares brutos desde que abandonó la Casa Blanca, la mayor parte de ellos obtenidos a cambio de sus lucrativos discursos, ya fuera en representación de la fundación que lleva el apellido de la familia o a título personal.

Pero también Hillary ha sabido sacarle partido a su nombre y a su bagaje profesional. Por su primera autobiografía, Living History, publicada tres años después de dejar la mansión ejecutiva, cuando era ya senadora,  se embolsó un adelanto de ocho millones de dólares. Por la segunda, Hard Choices, que se centra en su etapa de secretaria de Estado, la suma ascendió a 14 millones. Y desde que abandonó el cargo ha entrado también en el circuito de discursos, pronunciados ante toda clase de foros, desde bancos de inversión a universidades o asociaciones gremiales. En algunas ocasiones son gratis, pero en otras llega a cobrar hasta 300.000 dólares.

El patrimonio de los Clinton, sus conexiones con Wall Street y las controvertidas donaciones de gobiernos extranjeros recibidas por su fundación mientras fue secretaria de Estado va a ser con toda seguridad una de las líneas de ataque de sus rivales durante la campaña. La prensa ya ha tratado de sacarle los colores.