El mundo árabe suní recela del acuerdo nuclear con el Irán chií

Un diario saudí dice que Obama elige firmar el acuerdo y no desatar otra guerra

El presidente iraní, el reformista Hasan Rohani, en una alocución el pasado viernes en Teherán.

El presidente iraní, el reformista Hasan Rohani, en una alocución el pasado viernes en Teherán.

EUGENI GARCIA GASCÓN / JERUSALÉN

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El mundo árabe suní ha reaccionado con prudencia al acuerdo de principios sobre el programa nuclear iraní que el jueves se firmó en Lausana y ha suscitado algunos interrogantes que preocupan principalmente en los países del golfo Pérsico en los que existe una fuerte rivalidad con Irán, de confesión chií, especialmente en Arabia Saudí.

Los países sunís acaban de lanzar hace solo unos días un ambicioso proyecto para la formación de una fuerza de intervención rápida que lideran Riad y El Cairo, y que en la región se interpreta como un frente militar contra una temida expansión chií en Oriente Próximo, visible a través del apoyo financiero y militar de Irán a los grupos de esta confesión en Irak, Siria, Líbano, Yemen y Baréin.

El diario Al Hayat, que se imprime en Londres y que es de propiedad saudí, señala que el presidente Barack Obama se ha visto obligado a elegir entre las dos únicas opciones que tenía delante: declarar la guerra a Irán o firmar el acuerdo, y que ha optado por lo segundo aún a sabiendas de que desconoce si el acuerdo será fructífero para sus intereses.

REVOLVERSE CON FURIA

El analista Mustafa Zein comenta que Obama va a tener que hacer frente a los grandes enemigos de Irán, que no son pocos, y que ahora van a revolverse con más furia contra la Casa Blanca. Estos enemigos incluyen al primer ministro israelí, Binyamin «Netanyahu, los republicanos, el AIPAC (el poderoso lobi judío) y los halcones demócratas".

Según Al Hayat, esta serie de enemigos del acuerdo «prefieren la guerra» con Irán a la paz y están profundamente decepcionados con las negociaciones. El periódico no habla de Arabia Saudí, pero es evidente que los saudís se hallan en un lugar preeminente de la lista de quienes se han sentido defraudados.

«Desde hace años ha habido en Estados Unidos dos puntos de vista: el primero defendía la guerra y la destrucción de todas las construcciones subterráneas e instalaciones nucleares hasta devolver a Irán a la Edad de Piedra; mientras que el segundo ha defendido la reconciliación y la inclusión de Irán en el concierto de las naciones», escribe Zein.

El acuerdo de Lausana revela que es la segunda doctrina la que ha triunfado y esto significa -añade el periódico- que Irán vuelve al seno del «sistema mundial», que se le levantarán las sanciones y que seguramente adquirirá una situación similar a la de Rusia, China o Brasil, a los que Occidente tolera ciertas peculiaridades, como la de convertirse en «oposición al sistema desde dentro del sistema».

ARMAS A EGIPTO

Los saudís, como los israelís, han tomado buena nota del acuerdo y en Riad ya han adoptado una política algo más distanciada de Washington desde hace meses, como lo muestra la financiación en la adquisición armas francesas por parte de Egipto, o la creación de la fuerza militar árabe suní de intervención, señales de que de alguna manera indican que Riad ya no confía tan plenamente en la política de Washington hacia la región.

Otro diario saudí que se imprime en Londres, Al sharq al awsat, mucho más conservador, apunta que la firma de Lausana no significa gran cosa puesto que «los tres próximos meses serán decisivos», es decir, el periodo que las partes se han marcado para concretar el acuerdo ya que «el demonio se encuentra en los detalles» y estos deben negociarse todavía y no se resolverán con facilidad.

Otros medios árabes recalcan también que el acuerdo no está completamente cerrado, o puede revertirse en el futuro, especialmente cuando expire el mandato de Obama dentro de 20 meses, puesto que si ganan los republicanos es muy posible que se convierta en papel mojado, e incluso si gana algún demócrata como Hillary Clinton, quien nunca ha ocultado sus inclinaciones hacia Israel.