SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Muere el penúltimo superviviente de 'La gran evasión'

Tras la muerte de Paul Royle a los 101 años, ya solo vive uno de 76 presos que lograron escapar de un campo de concentración nazi

El aviador australiano, Paul Royle, en una entrevista concedida a la cadena ABC por el 70 aniversario de su huída del campo de concentración nazi junto a 75 hombres más.

El aviador australiano, Paul Royle, en una entrevista concedida a la cadena ABC por el 70 aniversario de su huída del campo de concentración nazi junto a 75 hombres más. / periodico

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Uno de los protagonistas reales que inspiró la conocida película ambientada en la Segunda Guerra Mundial 'La gran evasión', Paul Royle, falleció a los 101 años en PerthAustralia.

El extenienete de la Real Fuerza Aérea Australiana fue uno de los 76 aviadores que escaparon del campo de prisioneros de guerra de máxima seguridad, Stalag Luft III (Polonia), en el año 1944. La hazaña de estos presos fue inmortalizada en la película de John Sturgesde 1963 y fue protagonizada por Steve McQueen. Royle era el penúltimo superviviente de esta gran fuga.

El campo de concentración Stalag Luft III se abrió la primavera de 1942. Su objetivo era convertirse en una cárcel de máxima seguridad solo aviadores de las fuerzas aéreas aliadas, precisamente, para evitar los constantes intentos de fuga. Más de 10.000 presos estuvieron encerrados en este campo nazi, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial

UNA VIDA PLENA

Royle murió en el hospital de la ciudad de Perth el pasado domingo después de una cirugía por una fractura en la cadera, según han informado los medios locales este viernes.

"Mi padre vivió su vida al máximo, pero fue una caída lo que lo mató", dijo su hijo, Gordon Royle, a la cadena Australian Broadcasting Corporation.

El próximo miércoles, las autoridades celebraran una ceremonia conmemorativa en su honor.

EL GRAN ERROR

EL GRAN ERROR

Hace 71 años que Royle y sus compañeros organizaron 'la gran evasión' real, por un túnel secreto de 100 metros de longitud.

Se escavaron tres túneles para intentar escapar de Stalag Luft III pero solo se terminó uno, al cual apodaron "Harry". Un error de cálculos provocó que el conducto no terminara donde debía, oculto en el bosque.

Faltaban únicamente seis metros para que la salida quedara protegida por la frondosidad de los árboles pero esta inexactitud provocó que los prófugos fueran descubiertos en plena huída.

SOLO TRES LOGRARON LA LIBERTAD

De los 76 presos que dejaron atrás el campo de concentración, solo tres aviadores aliados lograron la libertad y llegaron a Reino Unido. El resto fue capturado de nuevo, incluido Royle, quien volvió al campo de concentración junto con 22 compañeros. Se les castigó a 3 semanas de reclusión en las frías celdas de aislamineto.

Los otros 50 prófugos subieron a furgones con dirección a Stalag Luft III pero nunca llegaron. Estos aviadores fueron ejecutados por la Gestapo por orden expresa de Adolf Hitler. Uno de ellos fue Roger Bushell, uno de los ideólogos de la fuga.

Bushell fue descubiero en una estación de tren cercana a la frontera con Francia usando un viejo truco: le saludaron en inglés, su idioma natal, y respondió automáticamente con el mismo, delatándose.

FRÍO Y NIEVE

El año pasado, con motivo del 70 aniversario de esta histórica fuga, Royle contó sus experiencias como aviador durante la Segunda Guerra Mundial en una entrevista.

"Al salir del túnel vimos mucha nieve y pinos. Había nieve por todas partes y hacía frío", explicaba sobre lo que vio al dejar atrás la prisión.

Esperó a su compañero y se adentraron juntos en el bosque, buscando un lugar donde pasar la noche. Pocas horas más tarde, fueron sorprendidos por oficiales nazis en una aldea y llevados a una prisión local, a la espera de ser trasladados de nuevo a Stalag Luft III.

UNA HISTORIA INSPIRADORA

De vuelta al campo de concentración, conoció a otro piloto australiano, Paul Brickhill, que posteriormente escribiría el libro que recoge la historia de esta fuga masiva y que sería adaptado a la gran pantalla con el título homónimo.

En total, Royle pasó cinco años como prisionero de guerra hasta que pudo regresar a Australia. Dejó el ejército y trabajó en la industria minera en la región de Kalgoorie.

Con la muerte de Royle, el único superviviente de «La gran evasión» es el británico Dick Churchill, de 94 años de edad.