Rusia se refuerza en Siria con sus baterías más avanzadas

AVIÓN RUSO

AVIÓN RUSO / periodico

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

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La coalición que pretende el presidente francés, François Hollande, contra el Estado Islámico tropieza con  tensión bélica entre Ankara y Moscú a raíz del reciente derribo del Sukhói SU24M por las Fuerzas Aéreas turcasRusia ha respondido este miércoles al incidente reforzando su dispositivo militar en la base de Khemimim, cerca de la población costera de Latakia, junto a la frontera con Turquía, y amagando con represalias económicas contra las empresas turcas con intereses en la Federación Rusa. Lejos de achantarse, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha prometido que los ataques aéreos próximos a la frontera turcosiria, donde operan milicias turcomenas bajo la protección de Ankara contra las tropas del régimen de Bashar el Asad, continuarán, tal y como se confirmó horas después, al constatarse un incremento de la actividad bélica en la zona. Uno de los pilotos del avión abatido, que logró salvar a vida, ha desmentido a los medios de comunicación rusos por completo la versión turca de lo sucedido y ha negado que recibiera advertencia alguna. 

Moscú desplegará en su base siria las baterías antiaéreas de misiles S-400, consideradas una de las más avanzadas, con un radio de acción de hasta 400 kilómetros. "Esperemos que esto, junto con otras medidas que estamos tomando, sean suficientes", ha advertido el presidente ruso, Vladímir Putin, quien ha aprovechado la ocasión para arremeter con dureza contra su homólogo turco, Reccep Tayyip Erdogan, a quien ha afeado por haber islamizado durante su mandato la sociedad turca. La medida constituye una nada velada advertencia a Ankara, que ve como el territorio adyacente a su frontera sur se militariza aún más, concentrando nuevos ingenios bélicos en un espacio ya de por sí reducido. 

Por su parte, Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores, confirmó lo adelantado en la víspera por el portavoz Peskov, y ha descartado que Rusia adopte medida militar alguna contra su vecino del sur. "No tenemos intención de librar una guerra contra Turquía; nuestra actitud hacia el pueblo turco no ha cambiado; tenemos cuestiones pendientes con las acciones de su actual liderazgo", ha asegurado el dirigente ruso. Asimismo, ha desmentido la posibilidad de mantener un próximo encuentro con su homólogo turco, Mevlut Cavusolglu, tal y como se había informado desde la capital turca, así como la próxima recepción de dirigentes turcos en Rusia, refiriéndose, con toda probabilidad, a la visita del presidente Erdogan, a Moscú, un viaje programado para el próximo 15 de diciembre.

Siguiendo las directrices trazadas por Putin, quien ha acusado a Turquía y a su liderazgo de laxitud con los yihadistas, el titular de Exteriores ha anunciado que presentará una moción ante el Consejo de Seguridad para examinar las informaciones de "fuentes de financiación de los terroristas", un movimiento dirigido a poner sobre el tapete el supuesto papel que juega el país otomano en el comercio de petróleo procedente de las zonas bajo control de Estado Islámico. Además, ha defendido la necesidad de incluir a los kurdos de Siria en las conversaciones sobre Siria, algo que a buen seguro irritará a Ankara.

Al caer la tarde, reporteros de la televisión rusa destacados en Siria han difundido una entrevista con Konstantin Mourakhtine, el piloto que logró salvar la vida y ser rescatado y devuelto a la base, en la que negaba haber recibido advertencia alguna de la parte turca. "No ha habido ninguna llamada, ningún intercambio de mensajes por radio, ningún contacto visual", ha declarado un hombre, que mostraba su espalda a la pantalla y que fue presentado como el piloto. "Si el Ejército turco nos hubiera querido advertir, hubiera podido volar en paralelo", ha declarado. Preguntado acerca de si había violado el espacio aéreo turco, Mourakhtin lo ha negado en rotundo. "Ni por un segundo", ha espetado.     

REPRESALIAS ECONÓMICAS

Dmitri Medvédev, primer ministro ruso, ha sido el encargado de anunciar las represalias económicas que tendrá el incidente, después de que el día anterior, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, aconsejara a los turistas rusos no pasar sus vacaciones en Turquía. "Las consecuencias directas (del incidente) podría provocar nuestro rechazo a participar en un amplio abanico de proyectos conjuntos importantes, con lo que las empresas turcas perderían sus posiciones en el mercado ruso", ha indicado desde la ciudad de Yekaterimburgo.

En un largo artículo difundido por Kommersant, el rotativo augura "que nada bueno" espera a los estrechos vínculos empresariales que unen a ambos países, que van desde el sector de la construcción al de la venta al por menor. Según fuentes de la administración presidencial citadas por dicha publicación, en estos momentos se están elaborando las medidas que Moscú adoptará, tras consultar a los expertos.  

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