Monti presenta su programa para lograr apoyos políticos

Más flexibilidad laboral, con mayores garantías en los momentos en que un trabajador se queda en paro; superar la distinción entre contratos a tiempo indefinido y precarios; venta de patrimonio público para reducir la deuda (120% del PIB) al 5% anual, y una drástica reducción del número de diputados. Además, contemplar incentivos a las familias para promover la natalidad y mejorar la vida laboral de las mujeres, junto a la idea de racionalizar el Estado del bienestar para no tener que recurrir únicamente a los recortes presupuestarios.

Éstas son algunas de las medidas de laagenda Monti, difundida mediante internet que, de acuerdo con el aún primer ministro italiano, Mario Monti, debería constituir el programa de Gobierno del próximo Ejecutivo. La agenda, de 25 páginas, tituladaCambiar Italia, reformar Europa, puede ser mejorada mediante contribuciones externas y, según el propio Monti, constituye una propuesta a los partidos italianos para ser presentado a los electores y también, si lo desean, podría llevarla a la práctica el mismo Monti como jefe del próximo Ejecutivo italiano.

SIN PASAR POR LAS URNAS/ El hecho de que Monti se ofrezca para gobernar de nuevo sin pasar por las urnas ha sido criticado por algunos analistas. Otros le defienden, porque la crisis no ha acabado y su Gobierno tecnócrata no ha acabado la labor.

Resumiendo laagenda Montien una frase, lo que Monti propone a los italianos es un «cambio de mentalidad» para tratar con Europa de tú a tú («la política de dar puñetazos sobre la mesa no es útil», sostiene) y de paso, aprovechar la crisis para llevar a cabo reformas que nunca se terminaron o comenzaron siquiera.

Otras medidas son la reducción de impuestos para beneficiar a los trabajadores y a las empresas; tasar los grandes patrimonios e invertir más en educación e investigación. Monti propone cortar radicalmente el «consumo de suelo» agrícola; una coordinación nacional para todo lo que se refiera a arte y turismo y reducir impuestos «selectivamente a las rentas laborales femeninas». En ámbito político, prevé una «reducción drástica» de las contribuciones a los partidos, transparencia máxima en sus balances financieros y la capacidad del Estado de realizar un seguimiento sobre el dinero recibido.