VENGADORES DEL GENOCIDIO ARMENIO

Monte Melkonian y la lucha armada

Un grupo de armenios deposita una corona de flores en memoria de las víctimas del genocidio.

Un grupo de armenios deposita una corona de flores en memoria de las víctimas del genocidio.

POR XAVIER MORET

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El ingeniero armenio Gurgen Yanikian, de 77 años, invitó el 27 de enero de 1973 al cónsul y al vicecónsul de Turquía a tomar el té en un hotel de Santa Bárbara (California). Les había prometido que les haría donación de un cuadro, pero cuando los tuvo delante, sacó una pistola y los mató.

Yanikian fue detenido y condenado a cadena perpetua, pero salió de la cárcel en 1984 por buena conducta. Murió poco después. Hasta entonces era el único superviviente de una familia numerosa armenia que había sufrido el genocidio en Erzurum, en la actual Turquía.

En 1975, siguiendo en parte el camino marcado por Yanikian, se fundó la organización de lucha armada ASALA (siglas en inglés de Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia). Reivindicaba el reconocimiento internacional del genocidio y la independencia de Armenia.

ASALA atentó en distintos países, preferentemente contra objetivos turcos. Su ataque más destructivo fue el 7 de agosto de 1982, cuando nueve personas murieron y 70 resultaron heridas en un atentado en el aeropuerto de Ankara. Un año después, el 15 de julio de 1983, mató a ocho personas en el aeropuerto de Orly, en París.

El 30 de diciembre de 1980, terroristas armenios colocaron dos bombas en Madrid, en las oficinas de Swissair y TWA, hiriendo a nueve personas, entre ellas al periodista José Antonio Gurriarán, que desde entonces se interesó por la historia del pueblo armenio.

En 1982, Gurriarán viajó al Líbano para encontrarse con dirigentes de ASALA; durante la entrevista, ellos iban con el rostro tapado con pasamontañas y armados con kalashnikovs. En contraste, él les regaló un libro pacifista de Martin Luther King. De aquella experiencia publicó un libro, La bomba (1982). Más de 20 años después, en el 2008, Gurriarán completaría su interés por el pueblo armenio viajando a Armenia, tal como explica en el libro Armenios (2009).

Californiano e ilustrado

El militante más famoso de ASALA fue Monte Melkonian. Nacido en California en 1957, viajó por todo el mundo, hablaba siete idiomas y se comprometió a fondo con la causa armenia. En 1978 se graduó en la Universidad de Berkeley en Historia de Asia y Arqueología, y un año después se fue a Irán, donde participó en la revolución contra el sah. Posteriormente, combatió en el Líbano en defensa del barrio armenio de Beirut y contra las tropas israelíes.

En 1980, Melkonian entró a formar parte de ASALA y participó en atentados terroristas en Atenas, Roma y París. Lo detuvieron y pasó varios años en prisiones francesas, pero una vez liberado, en 1990, se fue a vivir a la Armenia soviética, donde en agosto de 1991, el mismo mes de la declaración de independencia, se casó con Seda, una armenia del Líbano.

En septiembre de 1991 Melkonian fue a combatir a Nagorno Karabaj. «Si perdemos este territorio -declaró, pasaremos la última página de la historia de nuestro pueblo». Se implicó a fondo, como si le fuera la vida, y combatió contra las tropas de Azerbaiyán. En febrero de 1992 llegó a la región de Martuni como comandante.

Sus hagiógrafos han dejado escrito que nunca llevaba pistola y no fumaba ni bebía mientras iba de uniforme. Cuando tenía que brindar, cosa que sucede a menudo en Armenia, lo hacía con yogur mientras los demás alzaban el vaso de vodka. La bala de un soldado azerí lo mató el 12 de junio de 1993, durante la batalla de Agdam. Más de 20.000 personas asistieron a los funerales que le hicieron en Ereván.

La organización ASALA se disolvió en los años 90 del siglo pasado, unos años después del asesinato a tiros de su fundador, Hagop Hagopian, en abril de 1988 en una calle de Atenas, y pocos años después de que Armenia se declarase, en agosto de 1991, república independiente.