Miles de argentinos salen a la calle para protestar contra Fernández de Kirchner

Los manifestantes piden que se frene la inflación y se impida una nueva reelección de la presidenta

Miles de argentinos protestan contra la gestión del Gobierno, la noche del jueves, en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires.

Miles de argentinos protestan contra la gestión del Gobierno, la noche del jueves, en la Avenida 9 de Julio de Buenos Aires. / MBH/yj

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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Unamultitudtomó anoche las calles de Buenos Aires --cortaron la amplia Avenida 9 de Julio-- y de otras grandes ciudades de Argentina para expresar su malestar con la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner. Unos protestaron por la inflación, cuyo alcance el Gobierno minimiza. Otros pidieron mayor represión contra los delitos, que se investigue a los funcionarios sospechosos de actos dolosos, y libertad para comprar dólares. No faltaron los que alzaron su voz para rechazar una reforma constitucional que habilite un tercer mandato de Kirchner, una aspiración que la jefa de Estado no hizo pública cuando todavía no ha acabado el primer año de su segundo mandato.

Las miles y miles de personas, especialmente de clase media y alta que, concacerolas, banderas y carteles, hicieron saber qué piensan, fueron en principio convocadas desde las redes sociales. La agitación virtual unió a nostálgicos de la dictadura con defensores del más estricto libre mercado, opositores camuflados como civiles enojados y, también, una variopinta legión de disconformes con los efectos de lacrisis económica. Los principales medios de comunicación, que tienen una dura pelea con el Gobierno, terminaron por canalizar esa bronca.

Cristina Fernández de Kirchner ganó las presidenciales en octubre del 2010 con el 54% de los sufragios mientras que el socialdemócrata Hermes Binner quedó en segundo lugar con apenas un 17% de votos. El triunfo de la presidenta coincidió con el pico de consumo y con la expansión de la actividad económica en el país. En cambio ahora, Argentina, que venía creciendo a tasas asiáticas, está siendo golpeada por la situación financiera global.

Más allá de la crisis

Pero el malestar social, que por ahora no está siendo canalizado por ninguna fuerza opositora, excede la cuestión estrictamente económica. "No a dictadura de los votos", fue una de las consignas propagadas en la red y reflejada en pancartas y que deja entrever un rechazo a la mayoría electoral consagrada hace un año. Teniendo en cuenta la exaltación de los ánimos, el clima de división política tiende a asemejarse al de Venezuela.

Los organizadores de la manifestación aspiraban a reunir un millón de personas en las calles. Aunque esa expectativa no se cumplió, la marcha fue tan imponente como heterogénea en algunas de las demandas. "Sobra Gobierno, falta Estado", se exigió. "Que el Estado no limite mi libertad", pidieron, a la par, otras voces.

Contramanifestación del Gobierno

El Gobierno piensa responder a sus adversarios en las mismas calles ocupadas en la calurosa noche del jueves. Dicen que será el próximo 7 de diciembre. Ese día debería vencer una medida cautelar de la justicia ordinaria que impide aplicar cabalmente la ley de medios que obliga alGrupo Clarín, dueño del principal diario del país, el negocio de la televisión por cable, un influyente canal de aire y varias de las radios más importantes, a desprenderse de algunos de sus activos.

En diciembre de 2001, cuando se creó el 'corralito' a los depósitos bancarios, colapsó la economía y el presidente Fernando de la Rúa huyó en helicóptero, con 33 muertos a sus espaldas, miles de personas exigieron en las calles "que se vayan todos" los políticos que habían llevado a Argentina al estado de calamidad social. Ahora, dice Carlos Pagni, columnista del diario 'La Nación', la consigna es "que aparezca alguien" que represente ese mar antikirchnerista.

"Los que se concentrarán en muchas ciudades del país y del exterior protestan contra un Gobierno que hace apenas un año consiguió el 54% de los votos. Pero, en realidad, ocupan el espacio público como consecuencia de otro porcentaje: entre esa Administración triunfante y quienes deberían limitarla se abre un vacío de 37 puntos. El cacerolazo nace allí. Expresa un malestar sin instrumento. Es el hijo del alarmante déficit de representación", opina Pagni. El alcalde de Buenos Aires, el multimillonario Mauricio Macri, aspira a capitalizar ese vacío.

Parte de esa multitud desfiló a escasos metros de la residencia presidencial, en la localidad bonaerense de Olivos. Los gritos debieron llegar hasta la habitación donde descansa Cristina Kirchner. "En los peores momentos es cuando se conoce a los mejores dirigentes", había dicho por la tarde, sin aclarar si este es ese instante en el que el horizonte se ennegrece. Un día antes de la protesta, la ciudad de Buenos Aires se quedó sin luz y con la basura en las calles. El Gobierno sugirió que fue un sabotaje.