FLUJOS MIGRATORIOS EN AMÉRICA

México barre el patio a EEUU

Los inmigrantes centroamericanos que pretenden alcanzar Norteamérica son detenidos en la frontera mexicana del sur El flujo por el Río Bravo ha bajado al río Suchiate, en Guatemala

En la frontera 8 Inmigrantes mexicanos a punto de ser deportados a México desde Tijuana.

En la frontera 8 Inmigrantes mexicanos a punto de ser deportados a México desde Tijuana.

TONI CANO
MÉXICO

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Un año después de que la masiva llegada de niños inmigrantes centroamericanos provocara una seria crisis en la frontera y la política de EEUU, los funcionarios del país del norte señalan aliviados que «el flujo migratorio de indocumentados, tanto de adultos como de menores no acompañados, se ha reducido considerablemente». Los trenes de carga conocidos como La Bestia, viacrucis de muchos centroamericanos, no cargan este año tanta carne de cañón para los cárteles, policías y bandas criminales del camino. Porque México barre el patio trasero estadounidense y los simpapeles  simpapelesson capturados en la frontera sur.

Las múltiples reuniones diplomáticas que el verano pasado lloraron y prometieron remediar la diáspora centroamericana -fruto de una mezcla explosiva de miseria, pandillas y violencia- dieron como fruto casi único el Plan Frontera Sur: el despliegue de 5.000 agentes y la multiplicación de los controles migratorios, en las lindes de Chiapas y Tabasco con Guatemala e incluso la de Quintana Roo, el estado caribeño de Cancún, con Belice. El problema del río Bravo ha bajado al río Suchiate, por el que los espaldas mojadas cruzan en balsas de neumáticos de Guatemala a Chiapas.

Al otro lado del río, no los persiguen la «Border Patrol», o patrulla fronteriza, ni la «migra gringa», sino las mexicanas. El número de detenidos al norte del río Bravo ha descendido este año un 34%, mientras que se ha incrementado en México en un 83%. La ola migratoria no se ha detenido, al contrario. Solo que ahora «México hace el trabajo», como comentan con sorna los locales al recordar que el presidente de EEUU, Barack Obama, fue acusado por la derecha de relajar la seguridad fronteriza y criticado por la izquierda por las condiciones de los centros de detención.

El número de niños indocumentados detenidos en Tejas -que provocó el escándalo- ha caído un 51%, de casi 50.000 a 23.000, entre octubre y junio. México no precisa cuántos niños hay entre los 60.000 detenidos y deportados en los cuatro primeros meses de este año; la mayoría son de Honduras, Guatemala y El Salvador. Philip Miller, alto responsable de Seguridad Interior de EEUU, precisa que «el flujo humanitario es un desafío estacional y todavía estamos en la temporada», pero confía en que «no se repetirá el flujo masivo sin precedentes del año pasado».

Al control migratorio se acaba de unir además la época de lluvias. El nivel del río Suchiate, que en algunos puntos tenía medio metro y los espaldas mojadas cruzaban incluso a pie, ha subido a tres metros. Las tormentas en las montañas aumentan repentinamente su nivel y fuerza.

A ambos lados, las autoridades advierten del «peligro de muerte» si se intenta cruzarlo. Aun así, es notoria la llegada de indocumentados a la ciudad chiapaneca de Tapachula, mientras muchos más se aglomeran a la espera del cruce en Tecún Umán, del lado guatemalteco.

Mezclados

Si sobreviven al río y esas dos peligrosas poblaciones, les aguardan los agentes de Migración en carreteras y caminos. «La Bestia, ya no: viajamos en los buses baratos, de pueblo en pueblo, mezclados con los hermanos mexicanos pobres como nosotros», dice un simpapeles hondureño que pide en un semáforo a la salida de la ciudad de México. No sabe nada de los siete amigos con los que inició el viaje, se separaron al llegar a México. «Somos muchos los que nos vamos para el norte», dice.

Allí, al norte del río Bravo, presumen de que son menos los indocumentados «gracias a una mayor seguridad fronteriza y las mejoras en la cooperación y ayuda de EEUU con los gobiernos centroamericanos». Así lo asevera Mark Greenberg, alto responsable del Departamento de Salud, que un año atrás fue el organismo encargado del cuidado de los menores detenidos. Lo cierto es que ahora a los inmigrantes, adultos o niños, los detienen, sin muchas contemplaciones, nada más ponen un pie en México.