México se ahoga en la violencia

El cuerpo sin vida del periodista Javier Váldez, en la calle de Culiacan (México) donde fue asesinado.

El cuerpo sin vida del periodista Javier Váldez, en la calle de Culiacan (México) donde fue asesinado. / periodico

MERCÊ CABANAS / MÉXICO

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Joan conducía hace unos días por el circuito interior rumbo a su oficina en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Dos motocicletas intentaron obstruirle el paso. Se dió cuenta y las evitó. Pero al final no pudo. Lo obligaron a pararse y le dispararon en el retrovisor. Le exigieron lo que llevaba: reloj, cartera, móvil. No sabe aún cómo, pero se los dio. En cuanto lo reportó a su jefe, a este le faltó tiempo para blindar, al menos, los cristales del coche. Un gasto asumible para la multinacional catalana donde trabajan, pero que la mayoría no puede costearse. En Ciudad de México se han cometido 335 homicidios en el primer trimestre de este año, un 16% más que el pasado. Y gente como Magnolia que se mueve en transporte público, se siente muy insegura: “Nos han asaltado demasiado”.

Menos de un 10% de las víctimas denuncia. Por creer que pierden tiempo y energías. Por saber que la impunidad casi absoluta y la corrupción superaran a la justicia. Esto dificulta acceder a datos fiables. Según recoge en el periódico 'Reforma' el reconocido analista Lorenzo Meyer, desde que empezó el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en diciembre de 2012, ha habido 96.493 homicidios, con lo que se podría superar al sexenio anterior de Felipe Calderón. Para Meyer, “México hoy es una zona de desastre de seguridad y violencia”. Con 120 millones de habitantes, en 2016 hubo 23.000 homicidios.

La violencia aumentó el primer trimestre de 2017 a unos niveles superiores a 2011, el peor año del sexenio de Calderón, quién empezó en 2006 una lucha frontal contra los cárteles nunca vista. Respecto al año pasado hay casi un 30% más de homicidios dolosos, según el Observatorio Nacional Ciudadano (onc.org.mx.) , con 5.775 muertos. A pesar de ello, su director, Francisco Rivas Rodríguez, critica la poca diligencia de las autoridades: "No veo sentido de urgencia, ni en las autoridades nacionales ni locales”.

VIOLENCIA "INCONTENIBLE"

Las causas de esta violencia incesable, que incluso para la Iglesia Católica “es incontenible", no cambian: las luchas entre grupos criminales y de estos con el Estado por controlar territorios -ahora mismo Tierra Caliente, en Michoacán, está en manos de los cárteles-; la debilidad institucional para controlar y combatir el delito; la corrupción desde policias hasta gobernadores; la falta de resultados frente al lavado de dinero y la relativización y minimización de la situación real con la que responden las autoridades.

Aún así hay analistas independientes, como Alejandro Hope, que insisten en que “la violencia hay que verla en cuenta larga. En 1940, con Lázaro Cárdenas, la tasa de homicidios era tres veces superior”. Él destaca experiencias de pacificación acelerada de regiones -como Ciudad Juárez o Monterrey- en los últimos años. “Han sido razonablemente exitosas, con unos elementos comunes: liderazgo local -un alcalde, un gobernador- y presión de la sociedad civil, organizada y vigorosa que ya traía un trabajo previo, por ejemplo en la crisis de los feminicidios”, detalla Hope.

El papel de la prensa, tan agredida, es fundamental. Considera que “está subdimensionado el rol de los medios locales: si hay un trabajo crítico, valiente, que logra visibilizar el problema, se pone presión a las autoridades, como ha hecho 'El Siglo' en Torreón. En ausencia de este periodismo libre y crítico, hay impunidad para todos”. Por último, Hope asegura que “es tan catastrófico el estado de la seguridad y justicia que pequeños esfuerzos pueden generar grandes resultados”. La sociedad se mueve y campañas como  #MXSinHomicidios se pueden hacer notar.

Hope señala en este sentido que hay tres elementos esperanzadores: “La demografia, la tecnologia que ha de facilitar al Estado combatir el delito y el crecimiento de cierta clase media que genere presión para obtener unos buenos servicios públicos”.

Mientras a Lucía no la dejan salir de casa en cuanto anochece, aún viviendo en la colonia más segura de la Ciudad de México. Una precaución que no tomaría en su Barcelona natal.

BASTA YA! DE MATAR PERIODISTAS

“Cuesta trabajo creer que en un país tan grande y lleno de contrastes, con una geografía maravillosa y recursos naturales que lo harían una potencia, los intereses económicos de unos cuantos estén por encima de la gran mayoría y el discurso con el que impongan su ley sea la impunidad, el asesinato, la corrupción, el despojo electoral, los levantones, la mordaza y el puñetazo artero, implacable para los periodistas que buscan la verdad”. Javier Váldez Cárdenas (Culiacán, Sinaloa, 1967-2017) lo escribía en el prólogo “al vacío, al dolor, a la indignación, a la muerte” de su obra 'Narcoperiodismo', que daba voz a sus compañeros muertos. Cuando el 23 de marzo asesinaron a su colega Miroslava Breach lo dijo claro “... Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio”.

Su asesinato el 15 de mayo ha provocado una reacción unánime, nunca vista en un México indolente. Manifestaciones de los colegas; reivindicaciones de todo tipo de organizaciones; denuncias como la de Basta Ya! en que más de 30 medios y grupos de comunicación mexicanos piden el fin de “la ofensiva asesina” y que el Estado “garantice el derecho a la información”.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"-El asesinato de M\u00edriam Rodr\u00edguez, en Tamaulipas -'Mataulipas' la malnombran-\u00a0removi\u00f3 conciencias. Fue el 10 de mayo, D\u00eda de las Madres.\u00a0Era una de las decenas de madres que sali\u00f3 a buscar una hija desaparecida ante la\u00a0la incapacidad o complicidad de las autoridades. Hay m\u00e1s de 30.000 desaparecidos -entre ellos los 43 estudiantes de Ayotzinapa-\u00a0y se han encontrado m\u00e1s de 1.100 fosas clandestinas.\u00a0Su lema es,\u00a0desde los 70, durante los a\u00f1os de la guerra sucia, 'Vivos se los llevaron, vivos los queremos'.","text":"-Tomarse la justicia por la mano es cada d\u00eda m\u00e1s habitual, con decenas de afectados. Pero los linchamientos no se consideran un delito y,\u00a0por lo tanto, no hay estad\u00edsticas."}}

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