Merkel exigirá explicaciones a Obama por el espionaje masivo

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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Barack Obama está lidiando con relativa tranquilidad en Estados Unidos con el escándalo de los programas de espionaje masivo pero empieza a enfrentar problemas más serios en el exterior. Una semana antes de que el presidente estadounidense viaje a Alemania, la ministra de Justicia de ese país, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, ha denunciado el espionaje y alertado de su potencial peligro. «Cuanto más vigila, observa y controla una sociedad a sus ciudadanos, menos libre es», escribió ayer la ministra de Angela Merkel, cuyo portavoz anunció que la cancillera pedirá explicaciones a Obama cuando se vean el próximo miércoles.

Algunos han ido aún más lejos, como Markus Ferber, europarlamentario que ha acusado a EEUU de emplear «métodos de la Stasi antiestadounidenses».

Son voces que contrastan con la mayoritaria unión de filas en torno a Obama y a los programas de espionaje de EEUU. En un sondeo publicado ayer porThe Washington Post,el 56% calificó de «aceptable» que el Gobierno guarde información sobre sus llamadas frente al 41% que lo rechazó, y un 45% defendió que el Gobierno tenga capacidad de ir aún más allá, aunque un 52% se opone.

Obama ha logrado que, de momento, los ojos se vuelvan hacia Edward Snowden, el excontratista de 29 años que filtró información sobre los programas. La senadora demócrata Dianne Feinstein y el republicano que preside la Cámara baja, John Boehner, lo han acusado ya de «traición», y el Departamento de Justicia está acelerando preparativos para acusar a Snowden, en paradero desconocido desde el lunes.

Parte de la calma de Obama se debe al respaldo bipartidista mayoritario en el Congreso a los programas, donde ayer se desarrolló una sesión informativa a puerta cerrada en la Cámara baja que mañana se hará en el Senado.

Hay también, no obstante, reclamación de más transparencia y seis senadores demócratas y dos republicanos presentaron ayer una iniciativa legislativa que pretende forzar al Gobierno a revelar públicamente cómo interpreta las leyes que amparan el espionaje de teléfonos e internet.