Merkel consolida su liderazgo indiscutible

Angela Merkel, en una visita a la sede de la convención de la CDU en Colonia.

Angela Merkel, en una visita a la sede de la convención de la CDU en Colonia.

J. M. FRAU / BERLÍN

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Las últimas campañas electorales de la Unión Cristianodemócrata (CDU) han girado siempre en torno a la cancillera Angela Merkel. Tanto en las generales de septiembre del año pasado como en las europeas de mayo, el programa del partido conservador ha sido Angela Merkel. Siguiendo esta línea, el congreso que la formación celebra hoy y mañana en Colonia será una fiesta dedicada a su líder indiscutible.

Merkel será este martes reelegida presidenta del partido, cargo que ocupa desde hace 14 años, con una mayoría abrumadora. Falta saber si superará el 97,9% de apoyo que recibió en el anterior congreso, pero el paseo triunfal de la cancillera y de su equipo está garantizado.

No hay candidaturas alternativas ni para la presidencia ni para las cinco vicepresidencias. Solo se vislumbra cierta discrepancia en los siete puestos de la ejecutiva, para los que se presentan ocho candidatos. El octavo es Jens Spahn, un experto en temas de sanidad de 34 años, que cuenta con el importante apoyo del ministro de Finanzas y hombre de confianza de Merkel, Wolfgang Schäuble.

ELOGIOS

El veterano político ha preparado el inicio del congreso con encendidos elogios a la cancillera, en una entrevista que ayer publicó el diario 'Süddeutsche Zeitung': «Representa un nuevo estilo cualitativo de liderazgo. No es un estilo triunfalista, a lo Napoleón, sino mucho más exitoso», afirma. Schäuble añade que la cancillera defiende los intereses de Alemania con éxito, y asegura que «ha logrado combinar los intereses de una sociedad muy heterogénea mucho mejor que otros líderes en Europa».

En qué se basa el éxito electoral de Merkel, y hasta cuándo va a durar su liderazgo, son cuestiones que se plantean analistas políticos, la oposición, y la propia CDU. Frank Bösch es director del Centro de Investigación de Historia Contemporánea de Potsdam. En declaraciones a la radio pública alemana, atribuye el éxito de Merkel a lo que él denomina «flexibilidad programática», la capacidad para atraer a nuevos votantes.

Esta flexibilidad le permite aceptar un salario mínimo por ley, aunque meses antes se había declarado en contra de la iniciativa propuesta por el Partido Socialdemócrata (SPD), o la jubilación a los 63 años, una reivindicación de los sindicatos. Bösch recuerda que a principios e los 90, los analistas otorgaban pocas posibilidades a la CDU si no ampliaba el espectro de potenciales votantes. Este es el éxito de Merkel. El historiador concluye advirtiendo que la CDU tiene buenas razones para temer el final del liderazgo de Merkel y recuerda que el partido conservador tiene malas experiencias con los cambios de liderazgo.

Hay también sombras durante el mandato de Merkel, como la reciente pérdida de poder en Turingia, un land oriental en el que la CDU había gobernado desde la reunificación del país. Solo cuatro días antes del inicio del congreso, se materializó en Erfurt, la capital de Turingia, un nuevo fracaso electoral de la CDU.

LA SUPREMACÍA

Las sucesivas pérdidas de poder en los parlamentos regionales no afectan, de momento, a la supremacía de la CDU en las encuestas a nivel federal. El partido de Merkel continúa con un 41% de apoyo, un porcentaje similar al que obtuvo en las elecciones federales del año pasado, y sus rivales socialdemócratas apenas superan el 25%. Si la experiencia de la coalición de Turingia fructifica, a la CDU de Merkel solo le quedará la opción de aliarse con los euroescépticos de Alternativa por Alemania (AfD), a quien todas las encuestas sitúan ya en el Bundestag en la próxima convocatoria electoral. Sin embargo, Merkel ha rechazado cualquier colaboración con este partido.

Hace unos meses se especuló con la posibilidad de que Merkel no agotaría la legislatura como cancillera, cedería su puesto a su heredero o heredera y optara a un cargo en Europa o en las Naciones Unidas. Ella ya descartó esta posibilidad. La cuestión que se plantea ahora es si volverá a ser candidata en el 2017. Según una encuesta difundida la semana pasada, el 74% de los alemanes cree que sí, frente al 23% que cree que no volverá a presentarse. Un 56% de los alemanes desea un cuarto mandato de Merkel, y este porcentaje se eleva hasta el 61% en los 'länder' de la antigua Alemania del Este.