Melania Trump, lista para el papel

La primera dama de EEUU se ha instalado en la Casa Blanca. Y si bien algunas de sus actitudes denotan incomodidad, parece decidida a estar a la altura de su cometido.

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POR IDOYA NOAIN

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Las etiquetas #FreeMelania y #SadMelania han dado mucho juego, pero probablemente vaya siendo hora de enterrarlas. 143 días después de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca, la primera dama, Melania Trump, se instaló finalmente hace justo una semana en el 1.600 de la Avenida de Pensilvania. Y por más que algunos gestos capturados en fotos y vídeos hayan hecho a muchos pensar que la exmodelo eslovena de 47 años desearía estar en cualquier sitio y posición salvo en los que está, todo apunta a que está no solo lista, sino entregada, al papel que le ha tocado desempeñar.

Ese rol es tan indefinido para ella como lo fue para todas sus predecesoras pero, también como ellas, empieza a darle sus toques y su forma. No se ha declarado, como hizo Michelle Obama, "madre en jefe", pero ha mostrado ya cuál es su absoluta prioridad postergando el traslado a Washington hasta que su hijo Barron, de 11 años, ha terminado el curso escolar en Nueva York.

Para operar en el Ala Este, se ha rodeado de un equipo pequeño que incluye a su amiga neoyorquina Stephanie Winston Wolkoff como estratega jefe. Y el papel clave, el de secretaria social, quien planea y lleva a cabo los actos sociales de la Casa Blanca, se lo ha dado a Anna Cristina Rickie Niceta Lloyd, una mujer que ha contado que aprendió de "elegancia" y "sencillez" en las fiestas de sus tíos en Sotogrande, con invitados como Aristóteles OnassisMaria Callas o la familia real española.

NICETA Y LA TRADICIÓN

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"A mi marido le digo las cosas claras\u00a0","text":"\"A mi marido le digo las cosas claras\u00a0y c\u00f3mo las veo. No me echo para atr\u00e1s\", ha declarado"}}Niceta ha revelado que una de las guías para la primera dama es "la importancia de la tradición". Se sabe que toma a Jackie como modelo, y que ha pedido libros de la Asociación Histórica de la Casa Blanca.

Y aunque aún no tiene un tema bandera como fue la campaña a favor del ejercicio y la alimentación sana para Obama o la promoción de la lectura para Bush, sus seis visitas a hospitales infantiles, la que realizó a un refugio de mujeres y niños víctimas de violencia doméstica en Florida, otra a una escuela de niñas y algunos discursos e intervenciones en foros femeninos delinean ya dónde piensa poner el foco. "Sigue trabajando en construir su agenda de forma meditada. Le gustan las cosas bien hechas y hacer las cosas bien lleva tiempo", ha explicado Stephanie Grisham, su directora de comunicación.

INFLUENCIA RELAJANTE

Por ahora de lo único de lo que hay noticias es del empeño que prometió en su único mitin durante la campaña: la lucha contra el 'ciberbullying' en la que tan fácil era y es encontrar cuando menos ironía dado lo viperino que puede ser su esposo en Twitter. Y aunque se ha hablado mucho de la capacidad de Melania Trump para contener los arrebatos tuiteros de su marido, en su primera semana en la capital ha vuelto a quedar claro que es muy relativa.

Quienes conocen al matrimonio, no obstante, creen que la reunificación solo puede ser ventajosa para el presidente. Sam Nunberg, que fue ayudante en la campaña, ha explicado que "ella es una personalidad y una influencia fuerte y le relaja". Y, además, Melania es una de las voces en que más confía Trump.

Se lo dijo ella misma hace poco más de un año a la revista 'DuJour': "Doy mucho consejo a mi marido y le digo las cosas claras y cómo las veo. No me echo para atrás. Le digo la verdad". Contaba también que después de los discursos de campaña le llamaban IvankaDonald Jr y Eric, diciendo: "Llama a papá y dile esto y lo otro. Te escucha". Y añadía: "Saben que hablo con él y le pongo en la buena dirección. A veces lo hace y a veces no. Él decide lo que hace".

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Apoya muchas de las\u00a0","text":"\"Apoya muchas de las\u00a0posiciones extremistas de su esposo, pero frena su ardor tuitero\""}}

Es algo que no ha variado con la presidencia. Cuando han estado viviendo a casi 400 kilómetros él la ha llamado a diario, incluso varias veces al día, para consultar su opinión en temas como asuntos de personal. Y por eso probablemente no conviene demasiado leer entre ambos la distancia que pueden sugerir vídeos virales como el del rechazo a darle la mano al aterrizar en Israel (por más que tampoco resulte del todo creíble la explicación de fuentes de la Casa Blanca de que la primera dama consideró que caminar agarrados era inapropiado según el protocolo).

SE EXPRESA SIN RODEOS

Melania Trump es extremadamente protectora de la imagen y la agenda del hombre al que conoció en 1998 y con quien está casada desde el 2005. Defiende y apoya muchas de sus posiciones más extremistas o de línea dura. Como él, se entrega al consumo de noticias por cable y se indigna con la cobertura negativa dominante de su Administración.

Y, según explicaba recientemente 'Politico', aunque no tiene intención en meterse en la política del Ala Oeste, ha seguido y sigue el día a día. Acostumbra a enviar al personal historias publicadas que considera de poca ayuda y expresa sin rodeos sus opiniones, incluyendo las referentes a los miembros del equipo de su marido a los que no considera suficientemente leales o efectivos.

En el primer viaje al extranjero, la primera dama se ha confirmado como un activo para Trump. "Estuvo muy cómoda en el papel y conectó con sus audiencias", dijo en CNN tras el viaje Anita McBride, que fue jefa de personal de Laura Bush. "Está hecha a medida para ese trabajo como diplomática. Está totalmente preparada para el papel".