EL DRAMA DE LA INMIGRACIÓN

El Mediterráneo, la tumba

El Papa Francisco saluda a un grupo de supervivientes del naufragio que tuvo lugar el 3 de octubre del 2013 en Lampedusa.

El Papa Francisco saluda a un grupo de supervivientes del naufragio que tuvo lugar el 3 de octubre del 2013 en Lampedusa.

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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«Aún veo a mis amigos ahogándose a mi alrededor; aún me veo a en medio del mar moviendo desesperadamente los brazos y pidiendo ayuda. Me gustaría no recordarlo constantemente. Pero no puedo evitarlo». Quien así habla es un superviviente del naufragio del maltrecho barco pesquero que transportaba a 500 inmigrantes y que el 3 de octubre del 2013 se hundió cerca de la isla italiana de LampedusaFallecieron 368 inmigrantes, entre ellos, numerosas mujeres y niños, muchos originarios de Eritrea. En pocas horas, el puerto de Lampedusa se llenó de cadáveres. «No sabemos dónde poner a los vivos ni a los muertos», se lamentó la alcaldesa de esa ciudad. Las imágenes de decenas de ataúdes, algunos de ellos, los de los niños, de color marfil y adornados con ositos de peluche, conmovieron a la opinión pública europea.

Un año después, la situación no solo no ha mejorado sino que el Mediterráneo, sobre todo las aguas que separan las costas de Italia y Libia, es el lugar del planeta en que mueren más inmigrantes, más incluso que en la terrible frontera entre EEUU y México. En lo que va del 2014, en las aguas meditarráneas han fallecido 3.000 personas, según denuncia a Organización Internacional de las Migraciones. Esa cifra multiplica por cuatro los 700 muertos de este mismo periodo del 2013.

Hundidos por los mafiosos

La última gran tragedia se produjo a principios de septiembre. Unas 500 personas que iban en un barco se encuentran desaparecidas después de que los traficantes hundieran intencionadamente la nave en que viajaban. Según relataron dos palestinos que sobrevivieron, los traficantes embistieron con su embarcación el barco en que iban los inmigrantes como venganza por la negativa de estos a cambiarse a otra embarcación.

El impacto mediático de la tragedia de hace un año llevó a los responsables de la UE a abordar el fenómeno, creando un grupo de trabajo que entregó un informe en que exhortaba a la creación de una red de patrullas aeronavales desde Chipre a España para vigilar las principales rutas migratorias. Todavía no hay nada en marcha.

Como denuncia la activista eritrea Meron Stefanos «la actitud de la UE es hipócrita; cuando hay una catástrofe se llenan la boca de bellas palabras, pero a luego no hacen nada». Esta activista asegura que la UE «ha dejado sola a Italia».

Más mujeres y niños que nunca

Las oenegés denuncian que el caos en Libia -de donde salen el 90% de embarcaciones-, así como la intensificación de conflictos en Siria, Irak o Palestina ha incrementado el flujo de civiles que huyen de la guerra. «Víctimas de la violencia y la tortura, personas con discapacidad, embarazadas y niños están huyendo para salvar sus vidas», asegura Stefano Di Carlo, responsable de Médicos Sin Fronteras en Italia. «Huyen de un peligro en sus países para caer en otro peligro a bordo de esos barcos», dice Di Carlo, que denuncia: «En todos los años que llevamos brindando atención médica a los inmigrantes y refugiados en Italia nunca habíamos visto tantas mujeres y niños».

Y la situación puede empeorar. La razón es que Italia, harta de que la UE haga oídos sordos a sus demandas de apoyo, ha decidido poner fin al Mare Nostrum, el dispositivo de barcos de salvamento que creó tras la tragedia de Lampedusa y que lleva a sus barcos a entrar en aguas libias para rescatar a inmigrantes. En un año ha salvado a 142.000. El Gobierno italiano señaló que va a cancelar a partir del 1 de noviembre ese dispositivo, que le cuesta cerca de nueve millones de euros al mes. La UE se ha comprometido a relevar al mare Nostrum con patrullas del sistema de vigilancia Frontex Plus, un dispositivo bautizado como 'Tritón'.

Las oenegés alertan del riesgo de que la supresión del Mare Nostrum, que solo el jueves y viernes e esta semana rescató a 2.500 inmigrantes. «'Tritónnunca podrá reemplazar a Mare Nostrum pues Frontex no es un servicio de salvamento», ha alertado Mauro Casinghini, director italiano de la Orden de Malta, que realiza labores de socorro en el Mediterráneo desde el 2008. «De no ser por la operación Mare Nostrum la cifra de ahogados podía haber sido mucho mayor», alerta William Lacy Sing, director general de la OIM.