ELECCIONES BRITÁNICAS

May pide el voto para negociar un mejor 'brexit' y promete limitar la inmigración

La contratación de extranjeros de fuera de la UE costará el doble a los empresarios

La primera ministra británica, Theresa May, el pasado 5 de mayo.

La primera ministra británica, Theresa May, el pasado 5 de mayo. / AP / JACK TAYLOR

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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La primera ministra británica, Theresa May, confía en ganar por mayoría absoluta las elecciones generales, dentro de tres semanas. Incluso los partidos de la oposición lo reconocen implícitamente, en una campaña atípica y presidencialista, en la que el resultado está cantado. Pero la victoria no le basta a May. Quiere que el triunfo de los conservadores sea aplastante y capaz de acallar cualquier oposición en la Cámara de los Comunes. Un resultado rotundo e inapelable, que refuerce su poder ante Europa en las negociaciones del ‘brexit’.

Por eso cuando ha presentado este jueves en una antigua fábrica de Halifax, en el norte de Inglaterra, territorio hasta ahora del laborismo, el programa electoral de los ‘tories’, May ha pedido a los votantes que le otorguen un “mandato claro” el 8 de junio. “Los cinco años próximos serán decisivos para el Reino Unido, un momento fundamental, un desafío. Cada voto por mí y mi equipo va a reforzar mi mano en las negociaciones”, ha declarado, arropada por los miembros del Gobierno. El programa especifica que no habrá referéndum sobre la independencia en Escocia hasta que concluyan las negociaciones del ‘brexit’.

LAS EMPRESAS

El control de la inmigración vuelve ser una prioridad para May, por encima de los intereses de las empresas, que ven insostenibles las medidas que propone. El Gobierno encarecerá la contratación de inmigrantes llegados de fuera de la Unión Europea. La tasa por cada uno de ellos se doblará, pasando de las 1.000 libras (unos 1.170 euros) anuales a las 2.000 libras. Ese impuesto está destinado alimentar los fondos de formación de los trabajadores británicos. Los inmigrantes también deberán pagar más por el uso de la sanidad pública. “Es lo adecuado para reducir la inmigración a niveles estables", ha afirmado.

"La inmigración incontrolada tiene un impacto en la gente, especialmente en los de rentas más bajas, al abaratar los salarios, desplazar puestos de trabajo y es una presión para los servicios sociales”, ha señalado May, que coloca el listón de entrada de trabajadores extranjeros por debajo de los 100.000 al año. Ella misma ya trató, durante el Gobierno de David Cameron, siendo ministra del Interior, de imponer esa reducción, sin el menor resultado. El número de entradas actuales se eleva a 270.000. Los empresarios están cansados de repetir desde el triunfo del ‘brexit’ que, con la tasa actual de paro del 5%, necesitan de la mano de obra extranjera para, en algunos casos, poder subsistir en sus negocios.    

En el programa Forward Together (Juntos hacia adelante), los conservadores vuelven a extender el plazo para equilibrar el déficit público. Esta vez esperan conseguirlo a mediados de la próxima década.