El conflicto del Sahel

Matanza en Argelia

BEATRIZ MESA / RABAT
ELIANNE ROS / PARÍS

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el Ejército argelino no cedió al chantaje de los salafistas yihadistas y llevó a cabo ayer una operación de rescate a sangre y fuego en la planta de extracción de gas en Ain Amenas, al sudeste de Argelia, donde los islamistas habían tomado el miércoles como rehenes a una cuarentena de trabajadores extranjeros.

El resultado de la operación militar, que duró horas, era anoche confuso. Las autoridades argelinas anunciaron el fin de la operación sin hacer público ninguna cifra oficial. Horas antes el ministro de Comunicación argelino, Mohamed Said, había señalado que en la operación de rescate se habían producido «algunos muertos y heridos» pero había señalado que no podía aportar cifras. Por su parte, la agencia mauritana ANI, citando fuentes de los secuestradores, señaló que habían muerto 34 rehenes y 15 miembros del comando islamista.

TRABAJADORES LIBERADOS / Said puso mucho hincapié en que el Ejército había sido capaz de «neutralizar» a un importante número de terroristas. Y la agencia oficial argelina -el canal del comunicación del Estado- informó de que el Ejército había liberado a unos 600 trabajadores argelinos secuestrados y a varias decenas de extranjeros, pero no especificó el número y tampoco la nacionalidad. Se tiene constancia de la puesta en libertad de un ciudadano irlandés que, según las autoridades de Dublín, se puso en contacto con su familia para anunciar que se encontraba «sano y salvo».

La inquietud occidental era patente. El primer ministro británico, David Cameron, que lamentó públicamente no haber sido informado previamente de la operación, afirmó posteriormente que había que estar preparado «para lo peor». «Las fuerzas argelinas han atacado la instalación. Es una situación muy incierta y peligrosa y creo que tenemos que estar preparados para recibir malas noticias», dijo en una entrevista a la cadena BBC.

PREOCUPACIÓN / También EEUU dijo estar «muy preocupado» por las informaciones que llegaban sobre la pérdida de vidas. «Pedimos aclaraciones al Gobierno de Argelia», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

El presidente francés, François Hollande, evitó en cambio criticar el asalto ordenado por el Gobierno argelino aunque se mostró también pesimista en cuanto al desenlace y, en una comparecencia en el Elíseo, aseguró que la operación para liberar a los rehenes se desarrollaba «en condiciones dramáticas». Hollande quiso subrayar su colaboración con Argel, que ha permitido a los aviones franceses sobrevolar su espacio aéreo para bombardear las bases islamistas en Mali.

«Las autoridades argelinas me informan regularmente, pero no dispongo de suficientes elementos para hacer un balance», declaró Hollande antes de reivindicar la acción militar de Francia en Mali para impedir que los islamistas llegaran a la capital, Bamako, e instauraran un Estado yihadista.

«Lo que pasa en Argelia justifica aún más mi decisión de intervenir en Mali y restablecer la integridad del país», afirmó el presidente francés en respuesta a las demandas de los terroristas que han realizado el secuestro masivo de occidentales.

LA EXIGENCIA / Que Francia retire las tropas de Mali es precisamente lo que exigía para liberar a los rehenes la célula vinculada a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), autora del secuestro, que actúa a las órdenes de Mojtar Belmojtar.

Según explicó a la cadena I-telé un periodista argelino contactado por los cabecillas del comando terrorista, los secuestradores pusieron «cinturones explosivos» a los rehenes. Esta información es tomada con precaución ya que la intoxicación informativa forma parte de la estrategia de los grupos yihadistas.

La noche del miércoles al jueves, cuatro rehenes lograron escapar de la planta. Entre ellos figura una enfermera francesa llamada Muriel.

Argelia no se lo pensó mucho en lanzar el ataque. Uno de los disparos fue lanzado desde un helicóptero contra un vehículo todoterreno conducido por yihadistas que, al parecer, pretendía trasladar a algunos rehenes a un «lugar más seguro», explicó la agencia mauritana ANI.