Las oenegés advierten del riesgo de la travesía para 360.000 niños

Un niño refugiado en el campo de Calais conocido como la Jungla.

Un niño refugiado en el campo de Calais conocido como la Jungla. / periodico

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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Ahora estamos a cero grados, o un grado, o algún grado bajo cero”, relata a este diario Joaquín Acedo, de la oenegé de socorristas Proactiva Open Arms. “Y esto hace que sobre todo los niños lleguen en peores condiciones”, agrega, desde la isla griega de Lesbos. Si meses antes, con sol y el mar en calma, el pavor y el llanto eran la tónica habitual de la llegada de los menores, la situación se ha deteriorado hasta registrar, el pasado día 20, el fallecimiento de un niño (y de una mujer) por hipotermia. Las tiriteras y los labios morados entre los críos son un hecho habitual.

Los niños suponen ya más de la tercera parte de los refugiados que llegan a Europa, un incremento respecto al 29% que computaron de media en 2015. En este contexto, un informe de la Red Europea de Defensores de la Infancia denuncia la situación de riesgo de más de 360.000 niños migrantes ante la ausencia de soluciones aportadas por la Unión Europea (UE). “Parece que los países europeos compiten por el título de 'menos dispuesto a aceptar solicitantes de asilo'”, dice el texto de la Red, que engloba a 41 organizaciones defensoras de los derechos de los niños procedentes de 34 países europeos.

Para los firmantes, una de las principales preocupaciones es la puesta en marcha de medidas, por parte de varios países europeos, entre ellos el Reino Unido y Suecia, que limitan los derechos de reunificación familiar, por lo que muchos podrían quedar separados de sus padres después de un viaje angustioso. En el 2015, Suecia recibió 35.000 solicitudes de asilo de adolescentes que viajaban solos, uno de los perfiles más frecuentes en la ruta hacia una vida sin bombas de fondo.

Si el porcentaje de niños refugiados era del 26% del total en 2014, y del 29% en 2015, el número no ha hecho más que aumentar: “En el paso de Idomeni, el cruce entre Grecia y Macedonia, el porcentaje de menores es actualmente del 35%”, indica a El Periódico Kate O'Sullivan, de Save the Children. La ropa invernal y espacios con calefacción específicos para niños son algunos de los servicios que proveen diversas oenegés en el camino desde Grecia hacia el norte. Por la noche, países balcánicos como Macedonia o Serbia, en plena ruta de los refugiados, pueden alcanzar los veinte grados bajo cero, como aconteció a mediados de este mes. Los alojamientos temporales puestos a disposición de los migrantes están lejos de tener las condiciones óptimas para protegerse del frío y distan mucho de ser suficientes para el actual flujo.

LESBOS SIGUE RECIBIENDO REFUGIADOS

Hace unos días llegó a Lesbos un barco de madera, por la noche, con unas 150 personas a bordo, de las cuales 80 eran niños”, detalla Laura Lanuza, responsable de prensa de Proactiva. “Además, esos barcos están fuera de circulación, con problemas estructurales, y tienen todas las papeletas para hundirse”, alerta.

Siguen llegando en torno a una treintena de lanchas al día, cada vez más al sur de la isla, cerca del puerto de Mitilene, por nuevas rutas comenzadas desde que la policía turca intensificó sus redadas en la costa de enfrente a raíz del por ahora infructuoso acuerdo con la UE. En esa zona de Lesbos operan los cooperantes de G-Fire, una oenegé de bomberos castellano-leoneses dedicada a facilitar la llegada de las lanchas a tierra desde el pasado mes de diciembre.

Llegan muchos niños”, afirma en conversación telefónica Javier de Abajo, de G-Fire. “Bebés, en casi todas las barcas, dos o tres. Y niños de hasta diez años, también muchos. Ahora están llegando familias con todos los miembros y vienen muchos niños”.

Tanto Unicef como otras organizaciones centradas en el bienestar infantil han alertado en repetidas ocasiones de las consecuencias que estas infancias truncadas podrían tener: “Toca a una generación de niños y jóvenes que, desprovistos de educación y traumatizados por los horrores experimentados, ven su futuro más y más moldeado únicamente por la violencia”, aseveran en un comunicado de prensa.

La desesperación de estos refugiados, de procedencias desafortunadas, se puede ver detalles como el aparecido este lunes en la prensa griega, que informó de que una persona había muerto y otras dos habían resultado heridas en una trifulca entre dos grupos de refugiados que esperaban para cruzar a Macedonia desde el pías heleno por el paso de Idomeni. El ritmo de paso cada vez más lento impuesto por las autoridades macedonias ha provocado que muchos opten por acampar en las inmediaciones. Mientras tanto, las temperaturas siguen bajando.