Más de 3.000 inmigrantes han muerto en el Mediterráneo

Más de 3.000 personas han muerto en lo que va de año ahogadas en el Mediterráneo mientras intentaban alcanzar algún país europeo, cuatro veces más que en el mismo periodo el año pasado, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En todo el mundo, son más de 4.000 las personas que han perdido la vida buscando un futuro mejor.

Malas condiciones higiénicas y climatológicas, niños demasiados pequeños, mujeres embarazadas durante la travesía: estas son las principales causas de muerte de los que escapan de la pobreza, de la violencia y de la guerra. De algunos de ellos nunca más se vuelve a saber nada porque jamás se localizan sus cuerpos en el mar.

La mayoría de las inmigrantes son africanos, sirios, turcos, tunecinos, libios y que intentan alcanzar Europa por el Mediterráneo. Hay también 230 víctimas que han muerto mientras que cruzaban la frontera entre México y EEUU.

CIFRA RÉCORD

«Son 3.000 los inmigrantes que han perdido la vida intentando atravesar el Mediterráneo. Esta es la mayor cifra jamás registrada desde que se tienen estadísticas. Además, solo estamos en septiembre», afirma en el director de la división de investigación de la OIM, Franck Laczko.

El informe documenta 6.838 entradas a España desde Marruecos y Argelia, aunque Italia sea el país con el índice de inmigración más alto del mundo: 40.304 personas entre tunecinos y libios han llegado desde principios de enero. Croacia ha acogido 19.951 inmigrantes, mientras que Rumanía y Bulgaria han registrado 24.799 entradas desde Turquía.

ÁFRICA SUBSAHARIANA

La mayoría de los inmigrantes, un 30%, proviene del África subsahariana, un 12% del norte y del cuerno de África, mientras que el 23% escapa de Oriente Próximo.

Los inmigrantes que han muerto desde el 2000 intentando cruzar las fronteras irregularmente superan los 40.000, 22.000 de ellos en el Mediterráneo.

DESPUÉS DE LAMPEDUSA

Los números son aproximados porque, como señala la OIM, faltan las instituciones que tendrían que registrar y publicar los datos de los inmigrantes. La OIM, de hecho, comenzó este estudio después de las tragedias de Lampedusa en octubre del año pasado, en las cuales murieron más de 400 personas en solo dos naufragios.

La OIM teme además que el número de víctimas sea considerablemente mayor al citado en su informe. A la reducida información que proveniente de zonas más o menos transitadas, se suman los nulos datos relativos a regiones remotas.