"¡Mama estic bé!"

Rescate en Katmandú

Rescate en Katmandú / periodico

CARME ESCALES / BARCELONA

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Katmandú. 22.15 horas.

Albert Llambí Campanyà, de 24 años y vecino del barrio barcelonés de Sant Andreu. Junto a otros tres catalanes --de la productora audiovisual I’m Marylou-- dejaron Barcelona hace dos meses y medio en moto para recorrer y filmar la India y Nepal. El pasado jueves entraron en Nepal y se dirigían a Katmandú cuando, el sábado por la mañana, les sorprendió el terremoto. En plena ruta.

"Debían ser las once de la mañana. Nos habíamos parado a tomar un té y unas patatas fritas en una especie de bar en la carretera, a unos 60 kilómetros de Katmandú. De repente, empezó a temblar el suelo. Era como si estuviéramos sobre una tabla de surf sobre la tierra. La gente empezó a salir de las casas, hacia la carretera, y alguna de las viviendas cercanas se derrumbó. Estábamos a unos 2.000 metros de altitud. El temblor duró medio minuto, pero es realmente aquella sensación de que fue mucho más. Yo hice un vídeo con el móvil y es eso, entre 20 y 30 segundos. No más".

"Cuando acabó, nos quedamos allí, junto a la carretera y esperamos ente 15 y 20 minutos para asegurarnos de que no había una réplica. Hubo una, pero de apenas 10 segundos. Luego decidimos subir a las motos y alejarnos de allí. Pensamos que al estar cerca de las montañas era más peligroso, que en la capital, Katmandú, estaríamos más seguros. Antes, preguntamos a la gente del lugar si aquello era normal. Nos dijeron que no, que era la primera vez que lo vivían".

"La bajada hacia Katmandú fue impactante. Con las motos íbamos esquivando rocas que se habían desprendido de las montañas en aludes, y socavones, mientras íbamos pasando al lado de casas derrumbadas. La gente ocupaba la carretera, sentados. Por una carretera de un carril de doble dirección nos íbamos acercando a la capital. Y cuanto más cerca estábamos, creyendo que estaríamos más seguros, más destrozos y cuerpos íbamos viendo, se oían gritos, sirenas. Yo sentía un nudo en el estómago y ganas de llorar."

"Ya llegando a Katmandú, el tráfico estaba parado. Había autocares de turistas detenidos y veías a gente del Ejército, policías y bomberos. Y empezamos a ver algunas imágenes impactantes, como el rescate de una niña que no debía tener más de 10 años. Unos policías la sacaban de entre los destrozos, con heridas abiertas e inconsciente, pero viva. La gente aplaudía. Te ponías en la piel de la gente y, de repente, nos preguntamos si habría llegado ya la noticia a casa y es cuando te das cuenta que debes llamar a casa".

"Yo llamé primero a mi padre, que ya había oído algo. Mi madre, todavía no. 'Mama, estic bé', le dije. Por suerte, ella no se había enterado todavía. La acababan de llamar unas amigas para preguntarle por mí y ella había dicho: bien, está bien, en la India. Pero las amigas no se lo habían dicho, por precaución. Una vez llamamos a casa, intentamos informarnos de las zonas más seguras de la ciudad. Unos turistas australianos nos dijeron que habían hablado con su agencia de viajes y ellos les habían recomendado buscar un hotel próximo al aeropuerto porque es una zona más segura. Y así lo hicimos. Los primeros por los que pasamos estaban llenos y finalmente encontramos lugar en el Hotel Maharaja Palace, a unos cinco minutos en moto del aeropuerto. Pero incluso en esa zona, la gente de las casas próximas estaba toda en la carretera, sentada sobre plásticos. También en un par de hospitales por los que pasamos, el personal médico atendía a los heridos en el exterior del edificio. No sé si era porque estaban llenos en el interior, o por seguridad, por si había una réplica, porque anunciaron una nueva réplica entre las 22 y las 24 horas".

NUEVA RÉPLICA A LAS 10 DE LA NOCHE

"Pasaban unos 20 minutos de las diez de la noche y, de nuevo, la tierra empezó a moverse. Todo el mundo salimos del hotel y nos quedamos fuera. Es impactante. Estábamos descolocados. Llamamos a la embajada española en Delhi, que es desde donde tenemos nuestros billetes de avión para regresar a Barcelona el 16 de mayo, y nos dijeron que la carretera de Katmandú a Pokhara estaba cortada, porque es justo donde se sitúa el epicentro del terremoto. Desde allí teníamos que llegar a Delhi."

"Ahora estamos bloqueados, a la espera de lo que pase en las próximas horas. Es cuestión de estar alerta. Más que miedo, me siento nervioso, quisieras ayudar a la gente, pero de momento no es aconsejable, solo actúan en los rescates los miembros del Ejército, bomberos y policías. Si faltan manos, ahí estaremos. Pero es impresionante. Esta será una noche sin noche".