TERCERA CATÁSTROFE AÉREA EN EL 2014

Malasia pierde otro avión

EL PERIÓDICO / BANGKOK

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La historia volvió a repetirse ayer en el espacio aéreo con una nueva catástrofe en un 2014 terrible para las aerolíneas asiáticas. El pasado 8 de marzo, el vuelo MH370 de la compañía Malaysia Airlines que volaba de Kuala Lampur a Pekín con 239 pasajeros perdió el contacto con la aviación civil sin dejar rastro conocido hasta hoy. El 17 de julio ocurrió el segundo suceso, cuando el vuelo MH17 fue derribado en Ucrania, perdiendo la vida sus 298 ocupantes. Ayer tuvo lugar el tercer desastre con la desaparición de un avión Airbus 320-200 de la compañía aérea AirAsia, de bajo coste, que cubría la ruta entre la ciudad indonesia de Surabaya y Singapur con 162 personas a bordo.

Aunque las labores de búsqueda no se retomarán hasta hoy por la falta de luz todos los indicios apuntan a que el avión se estrelló después de que el piloto pidiera permiso para subir de los 9.760 a los 11.590 metros de altitud por el mal tiempo. Eso ocurrió a las 6.12 de la mañana (hora local) del domingo. Minutos después se cortó la comunicación del vuelo QZ8501 sin solución posible.

MAYORÍA INDONESIA / El avión despegó del aeropuerto internacional de Surabaya a las 5.35 hora local y debería haber llegado a Singapur a las 7.30. A bordo viajaban 155 pasajeros más la tripulación, estimada en siete personas (dos pilotos, cuatro azafatas y un ingeniero), según confirmó el Ministerio de Transporte de Indonesia y fuentes de la aerolínea. Entre las 162 personas hay 155 indonesios, tres coreanos, un malasio, un singapurense, un británico y un francés, este último miembro de la tripulación. Entre los pasajeros, hay 16 menores y un bebé de pocos meses.

ESTRELLADO EN EL MAR / El piloto pidió cambiar el rumbo para evitar las turbulencias provocadas por la nubosidad. El ministerio informó de que se perdió el contacto por radar con la nave unos 40 minutos después de partir, cuando el aparato estaba entre la provincia de Kalimantan (en Borneo) y la isla de Belitung. La Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate aseguró que el avión probablemente se estrelló en aguas próximas a esa isla. La nave tenía combustible para volar durante cuatro horas aproximadamente.

Durante el día de ayer circularon informaciones en los medios indonesios de que se había localizado al menos un objeto que podría ser un resto del avión, pero las autoridades no confirmaron ni desmintieron ese detalle. Prefieren esperar a que se reanuden las labores de rescate suspendidas por la falta de luz, aunque el vicepresidente indonesio, Jusuf Kalla, ya reconoció que hay «muchas posibilidades» de que el vuelo sufriera un accidente en aguas del mar de Java.

INCERTIDUMBRE Y DOLOR /Un Boeing 737 de la Fuerza Aérea de Indonesia, seis buques y tres helicópteros participaron en la operación inicial de rescate organizada para buscar el avión desaparecido. Belitung se sitúa frente a la costa oriental de Sumatra y al suroeste de la isla de Borneo, y comprende una superficie de 4.800 kilómetros cuadrados formados por montañas y terreno escabroso.

«Nuestra prioridad son la tripulación y los pasajeros. Vamos a hacer todo lo que podamos. No vamos a parar», escribió el presidente de la aerolínea, Tony Fernandes, en su cuenta de Twitter, al tiempo que prometía a la plantilla de la aerolínea que saldrían adelante unidos de esta «terrible experiencia».

Fernandes, que tomó un vuelo de emergencia a Surabaya, dijo a su llegada a los periodistas que la compañía se sentía destrozada por lo que había sucedido. «No queremos especular, pero en estos momentos, obviamente, el avión ha estado desaparecido durante 12 horas y hay un profundo sentimiento de depresión aquí», dijo. «Se trata de un golpe durísimo para nosotros y estamos rotos por lo que ha sucedido. Es increíble», añadió.

Fernandes explicó que el capitán Iriyanto, de nacionalidad indonesia, tenía más de 20.500 horas de vuelo, casi 7.000 de ellos con AirAsia. Se sabe que Iriyanto estuvo acompañado por el copiloto francés Remi Emmanuel Plesel.

En Surabaya y Singapur, mientras, se mezclaba la incertidumbre con el dolor entre los familiares de los pasajeros que viajaban para pasar las fiestas de Año Nuevo. «Se suponía que iban a ser sus últimas vacaciones en familia antes de casarnos», dijo entre lágrimas Louise Sidharta, que esperaba a su novia en el aeropuerto de Singapur después de pasar la chica unos días con sus padres. No volverá a verla.

ÚLTIMA REVISIÓN EN NOVIEMBRE / El Departamento de Estado y la agencia de seguridad en el transporte de Estados Unidos (NTSB) ofrecieron su asistencia a las autoridades de Indonesia. En su cuenta en Twitter, el secretario de Estado John Kerry se pronunció sobre la tragedia. «Nuestros corazones y esperanzas están con los pasajeros y sus familias», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.

Según informó la compañía en un comunicado, el piloto tenía una experiencia de 6.100 horas de vuelo y el avión pasó su última revisión el 16 de noviembre pasado. El suceso completa un trágico año para las compañías aéreas malasias.

El primer ministro malayo, Najib Razak, que tuvo que volver antes de sus vacaciones para coordinar las tareas de socorro en las mayores inundaciones que ha sufrido Malasia en las últimas décadas, aseguró en un comunicado que la desaparición del vuelo QZ8501 es una noticia «muy triste» y que su país «ayudará en todo lo que haga falta». La investigación continuará hoy con más detalles de una catástrofe que cierra un año trágico en el espacio aéreo.