XXV EDICIÓN DEL PREMI INTERNACIONAL CATALUNYA

Malala: "Quiero ser la que lucha por el derecho a la educación"

El presidente Artur Mas, flanqueado por Malala Yusafzai (derecha) y Gro Harlem Brundtland (izquierda).) y Gro Harlem Brundtland (izquierda).

El presidente Artur Mas, flanqueado por Malala Yusafzai (derecha) y Gro Harlem Brundtland (izquierda).) y Gro Harlem Brundtland (izquierda).

MONTSE MARTÍNEZ / Barcelona

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Con su particular concepto de la etiqueta -un precioso sari de colores cálidos característico de su Pakistán natal-, Malala Yusafzai resplandeció ayer en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat por muchos motivos.

La niña de 16 años recién cumplidos, galardonada con el Premi Internacional Catalunya, dejó boquiabierto al auditorio no solo por el contenido de su discurso en favor del derecho de las niñas a recibir educación sino también por el aplomo, la fuerza y la convicción con la que lo puso en escena.

Un premio, en su 25ª edición compartido con la exprimera ministra noruega y exsecretaria de la Organización Mundial de la Salud, Gro Harlem Brundtland. El galardón está dotado con 80.000 euros y la escultura de La clau y la lletra de Antoni Tàpies.

ATENTADO DE LOS TALIBANES

Víctima de un atentado talibán en octubre del 2012 un atentado talibán por defender el derecho de las niñas a asistir a la escuela en su país -una bala disparada a bocajarro en la cabeza le atravesó el cráneo y fue a alojarse al lado de su espina dorsal-, Malala dejó claro ayer que no quiere el papel de víctima, pese a que el ataque casi le cuesta la vida. «¿Quién soy yo?», se preguntó en voz clara, casi impropiamente acompasada y potente para una joven de su edad. «¿Soy la mujer a la que dispararon los talibanes?», continuó con sus preguntas retóricas. «No quiero ser esa, quiero ser la que lucha por el derecho a la educación de todos, hombres y mujeres».

Su recuperación, teniendo en cuenta la gravedad de las consecuencias del ataque perpetrado hace menos de un año, ha sido muy buena, aunque padece secuelas ostensiblemente visibles en un ojo.

Acto seguido expuso cómo los talibanes vulneran los derechos de las mujeres en el valle del Swat, una de las zonas de Pakistán con más actividad insurgente. La niña ha recordado que en Pakistán algunas personas matan en nombre del islam por cosas banales como puede ser ir a la escuela o escuchar música. Tras agredecer las muestras de apoyo de sus propios compañeros de escuela y de los mensajes procedentes de todos los rincones del mundo, Malala destacó la importancia de trabajar unidos para alcanzar objetivos. «No estoy sola», celebró.

Antes de acabar su discurso con una llamada a la iniciativa propia para actuar -«Mi mensaje es que no esperéis a que nadie lo haga, hacedlo por vosotros mismos»- Malala se dirigió a los niños del mundo: «Es hora de levantarnos y pedir nuestros derechos, es muy fácil condenar a los demás sin levantarse y hablar. Levantad la voz, vuestra voz puede cambiar el mundo».

"JOVEN Y MAYOR"

 La exprimera ministra noruega, que como Malala ha agradecido el premio con unas primeras frases en catalán, ha dicho que juntar «a una mujer joven y una mayor» en el galardón significa que Catalunya demuestra que también se fija en el talento de la juventud.

En su discurso, Brundtland recorrió su prolija carrera profesional y se deshizo en elogios a Malala. «Estoy contenta de compartir escenario con una mujer joven a la que admiro, y sé que ella vencerá y será un cambio que necesitamos en un mundo desolado por la pobreza».

Bruntdland, que fue directora de la Organización Mundial de la Salud recordó que, pese haber crecido en una Europa en guerra, tuvo suerte por crecer en un país democrático donde los derechos de los niños eran respetados. Algo que desea para todo el mundo.