El magnicidio de Kennedy se resolverá (o no) en otoño

Trump debe decidir antes del 26 de octubre si desclasifica los 3.600 documentos del caso que siguen bajo secreto. ¿Qué hará?

El presidente Kennedy, junto a su esposa, Jacqueline, momentos antes de ser abatido en Dallas, el 22 de noviembre de 1963.

El presidente Kennedy, junto a su esposa, Jacqueline, momentos antes de ser abatido en Dallas, el 22 de noviembre de 1963.

IDOYA NOIAN

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Donald Trump empezó a construir su carrera política sobre el cimiento de una teoría conspiratoria falsa: la de que Barack Obama no había nacido en EEUU. Durante la campaña e incluso en la presidencia no ha abandonado esa proclividad a avivar fuegos en mentes noveleras, como cuando acusó sin pruebas a Obama de haber pinchado sus comunicaciones (algo que desmintieron los servicios de inteligencia). Ahora entra en otra liga. Como presidente, de él depende que vean la luz, o no, los últimos 3.600 documentos relacionados con el asesinato de JFK que siguen clasificados. Tiene en sus manos el santo grial de las teorías conspiratorias.

En 1992, después de que el estreno de la película de Oliver Stone 'JFK' disparara a la estratosfera el descrédito de la versión oficial de la Comisión Warren, que estableció que Lee Harvey Oswald había actuado solo, el Congreso aprobó una ley para potenciar la transparencia en el caso. Se creó un organismo que recopiló documentos vinculados al magnicidio y algunos han ido viendo la luz, total o parcialmente, demostrando que la comisión no dispuso de toda la información y alimentando la tesis de la conspiración. En los Archivos Nacionales quedan, no obstante, 3.600 que no se han desclasificado y el plazo para hacerlos públicos acaba el 26 de octubre del 2017. Y aunque las agencias relacionadas con los documentos (principalmente la CIA y el FBI) pueden intentar que eso no suceda, la decisión final es del presidente, Trump.

PULSO CON LA INTELIGENCIA

Desde medios radicales de la 'alt-right' como InfoWars, amigos y asesores de Trump como Roger Stone animan al presidente a que los desclasifique, enmarcando la decisión en su enfrentamiento con la comunidad de inteligencia. De momento, sin embargo, no se sabe qué hará el mandatario. La Casa Blanca solo admitió hace poco a 'Politico' que están «familiarizados con los requerimientos» de la ley y que, conscientes de la fecha límite, trabajan con los Archivos Nacionales «para permitir un proceso fluido». Y en esos archivos trabajan investigadores que no solo revisan los 3.600 documentos, sino otros 35.000 que hasta ahora se habían desclasificado solo parcialmente o habían sido editados. Podrían empezar a salir a la luz antes de octubre, en verano.

EL ESPÍA QUE DIJO CONOCER EL ATENTADO

Según 'Politico' muchos documentos fueron preparados por los agentes y cargos de la CIA que siguieron a Oswald en un viaje a México en septiembre y octubre de 1963, semanas antes del atentado, cuando visitó las embajadas de la URSS y de Cuba. Otros identifican con el nombre a espías estadounidenses y extranjeros y fuentes de las autoridades a las que se les brindó anonimato para que facilitaran información. Y hay al menos 400 páginas relacionadas con Howard Hunt, el agente de la CIA que estuvo años después vinculado al escándalo del Watergate y que en su lecho de muerte dijo que supo con antelación que Kennedy sería asesinado.

También hay un archivo de 86 páginas sobre un grupo de exiliados cubanos apoyado por la CIA en el que Oswald supuestamente pretendió infiltrarse en Nueva Orleans. En campaña, Trump acusó al padre de su rival Ted Cruz de haber estado con Oswald. Su fuente era una foto publicada por un tabloide de supermercado.