Macron seduce a Trump

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EVA CANTÓN / PARIS

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Aquel viril apretón de manos que protagonizaron durante la cumbre de la OTAN en Bruselas hace poco menos de dos meses parece haber sentado las bases de una relación excelente. Ni sus desacuerdos políticos ni la disparidad de caracteres han impedido que Donald Trump y Emmanuel Macron anuden una alianza estratégica de la que ambos pueden beneficiarse.

El presidente norteamericano, en plena tormenta doméstica por el ‘Rusiagate’ y arrinconado en la reciente reunión del G-20 tras retirarse del Acuerdo del Clima de París, ha encontrado en el joven presidente francés una plataforma para salir de su aislamiento internacional.

Y, tendiendo la mano al magnate norteamericano, Macron pretende convertirse en el principal interlocutor de Washington al otro lado del Atlántico. Con Theresa May debilitada en Londres y Angela Merkel en plena campaña electoral, Francia aspira a colmar ese vacío y recuperar su estatus de superpotencia.

Invitado por el presidente francés a presenciar el desfile del 14 de julio que este año conmemora el centenario de la entrada de Estados Unidos en la primera guerra mundial, Donald Trump y su esposa fueron recibidos con todos los honores por Macron y su esposa Brigitte en el Palacio de Los Inválidos, un recinto ligado a la historia militar francesa levantado durante el reinado de Luis XIV.

Tras una visita a las tumbas de Napoleón y del mariscal Folch, Trump y Macron se dirigieron juntos al Elíseo en la limusina del presidente norteamericano, la famosa ‘Bestia’. Fue el primer signo de la cordialidad que marcaría la primera e intensa jornada de la visita oficial del presidente norteamericano a París.

SINTONÍA EN SIRIA

Al finalizar una reunión de trabajo en el palacio presidencial francés, los dos jefes de Estado volvieron a exhibir una fuerte sintonía ante la prensa al hablar de asuntos clave como la lucha contra el terrorismo o el conflicto en Siria e Irak. Los dos se comprometieron a  lanzar una iniciativa diplomática para trazar la hoja de ruta de la posguerra.

La cooperación de los servicios secretos de Estados Unidos para neutralizar a los numerosos yihadistas franceses repartidos entre Mosul y Raqqa es de vital importancia para Macron quien ha confirmado, además, un cambio de estrategia en la línea seguida hasta ahora por sus predecesores. Francia no hará de la salida del presidente sirio, Bachar el Assad, una condición previa para negociar el futuro político del país, aunque mantiene como una línea roja el uso de armas químicas.

En la reunión salieron a relucir las diferencias sobre el acuerdo climático. Ni Macron ni Trump las negaron. Sin embargo, las posiciones se han moderado. El presidente francés no renuncia a hacer cambiar de opinión a Donald Trump, que este jueves no cerró del todo la puerta a esa posibilidad.  “Algo podría pasar respecto al acuerdo de París. Ya veremos”, deslizó el norteamericano.

Conciliador, Macron dijo “respetar” la decisión de su homólogo al tratarse de una promesa de campaña y dejó claro que Francia sigue comprometida con el Acuerdo de París pero que la diferente lectura que ambos países hacen de este asunto no impedirá el diálogo con Washington en otros terrenos.

PARÍS VUELVE A SER PARÍS

Trump, seducido por la organización de una visita que el Elíseo ha salpicado de símbolos de ‘grandeur’, pareció olvidar las palabras de su famoso amigo Jim, ese que veía en la Francia sacudida por los atentados un país peligroso y en el que “París ya no era París”.

“Tienen ustedes un gran líder. Es un duro. No es alguien que se dejará amedrentar por los delincuentes. París es y seguirá siendo una ciudad bella y pacífica. Y pretendo volver”,  dijo Trump al término de la rueda de prensa.

“Les puedo decir, sin dudar, que lo que tendremos esta noche en la Torre Eiffel será una cena de amigos. Porque somos los representantes de dos naciones que son aliadas desde siempre y porque tenemos que construir una relación fuerte”, subrayó por su parte Emmanuel Macron, que consideró la visita de Trump altamente simbólica.