Macri termina en las urnas con 12 años de kirchnerismo en Argentina

“Tengo una enorme alegría, es un día histórico”. Mauricio Macri fue a votar con un pálpito: en pocas horas se convertiría en presidente argentino. Las urnas le dieron la razón. El candidato de la coalición de centroderecha Cambiemos se impuso claramente en esta segunda vuelta a Daniel Scioli. Con el 99% de los votos escrutados, Macri ha vencido con el 51,42% frente al 48,4% de su oponente. La participación ha sido del 80,91%. Como el mexicano Vicente Fox y el chileno Sebastián Piñera (y como le gustaría al estadounidense Donald Trump), Macri llegó del mundo de los grandes negocios a las cumbres del poder político. Cuando el 10 de diciembre Cristina Fernández de Kirchner le entregue sus atributos de mando, cerrará un ciclo de 12 años que ha dividido de manera profunda a la sociedad.

Por lo pronto, Macri se erige como el gran héroe de este tiempo bisagra. En la primera vuelta, el pasado 25 de octubre, Scioli era el favorito. Los roles se invirtieron y esta vez las encuestadoras acertaron en sus pronósticos.  El alcalde capitalino tuvo dos grandes intuiciones que lo llevaron a la victoria: supo interpretar el cansancio de una mayoría dispersa y apostó a reunirla detrás de su figura. 

Cambiemos es una alianza entre el PRO, el partido de Macri, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Hace dos años, estas dos agrupaciones formaban parte de una entente de un tenue perfil socialdemócrata, UNEN. Por entonces pensaban que Macri era un “límite moral infranqueable”. Cuando comprobaron que la única manera de derrotar al kircherismo a través de un acuerdo con el PRO, abandonaron sin remordimientos los prejuicios.

NUEVA DERECHA ANTIPOLÍTICA

El modelo de ese partido, según José Natanson, director de 'Le Monde Diplomatique', “no es la reaccionaria derecha del PP español ni la sobria centroderecha socialcristiana alemana” sino “la nueva derecha antipolítica que vivió su ciclo hegemónico en Italia de la mano de Silvio Berlusconi y que ha comenzado a prosperar en algunos países europeos como España, con el crecimiento de Ciudadanos”.

El magnate pasó a la segunda vuelta y Scioli apenas le sacó tres puntos de diferencia. Muy poco para frenar su ascenso. A partir de ese momento, dejó de formular propuestas controvertidas. “A ti te digo que conservarás lo que tenés y sumarás”, prometió. Devino una suerte de pastor electrónico mimado por los principales medios que llevan siete años de una dura disputa con Fernández de Kirchner.

INTERVENCIÓN DEL PAPA

“Voten a conciencia. Ya saben lo que pienso”, dijo el papa Francisco en las vísperas. Scioli, que hizo suya su consigna “techo, tierra, trabajo”, lo interpretó, sin fundamentos sólidos, como un apoyo. Jaime Durán Barba, el gurú ecuatoriano de Macri, consideró que la voz del Pontífice carecía de importancia en esta contienda. Y tuvo razón.

“Sería muy doloroso volver atrás con todas las conquistas y los logros”, dijo la presidenta por la mañana del domingo. Quizá intuía el desenlace electoral. Le preguntaron si dialogaría con Macri. “No. Es un hombre casado”, contestó, con ironía. Con la victoria de Macri se produce a su vez un cambio generacional. Tanto él como su rival se iniciaron en la política posdictatorial. Para muchos votantes, el ganador de la contienda era un “mal menor” pero necesario.

ARCA DE NOÉ INSTITUCIONAL

 “Lejos de ser la derecha, el frente Cambiemos es el arca de Noé del institucionalismo. Si les toca gobernar, tal vez gestionen mal, no sepan aprovechar la oportunidad histórica y terminen como la nave de los locos, pero lo real y concreto es que está formado por gente de todo el arco ideológico y que, en ese sentido, es espejo exacto del kirchnerismo, donde conviven desde exestalinistas y socialdemócratas hasta socialcristianos, liberales y derechistas rancios y notorios”, opinó en las páginas de 'La Nación' Jorge Fernández Díaz. ¿Podrá complacer a todos?

 El kirchnerismo fue hijo de la crisis del 2002. Pasaron 13 años y Macri irrumpe con otro programa: un empresario rodeado de empresarios a los que también les ha prometido enormes beneficios. Juan José Aranguren, exgerente de Schell, es nombrado como el estratega de la política energética del nuevo Gobierno.  El presidente de FIAT Argentina, Cristiano Rattazzi, decidió volcarse decididamente en favor de Macri y hasta fue fiscal de mesa en la votación, a la espera “de que Argentina pueda salir de 85 años de frustraciones”.