Conflicto social en Argentina

Los sindicatos amenazan a Macri con la primera huelga general

Una gran multitud ocupa el centro de Buenos Aires para rechazar la política económica

Miles de personas asisten a la manifestación convocada por los sindicatos contra la gestión del Gobierno argentino, en Buenos Aires.

Miles de personas asisten a la manifestación convocada por los sindicatos contra la gestión del Gobierno argentino, en Buenos Aires. / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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"Pongan la fecha (de la huelga) de una vez". Una multitud exigió a gritos y en las calles a la Confederación General del Trabajo (CGT) que endurezcan su posición frente al presidente argentino Mauricio Macri. Los caciques sindicales prometieron la primera medida de fuerza de 24 horas contra el Gobierno de derechas para fines de marzo o principios de abril si no se rectifica el rumbo. Ante la ambigüedad, los dirigentes se fueron abucheados por un sector de los manifestantes, que sobrepasaron los 300.000, según diversas fuentes. Los oradores tuvieron que abandonar el escenario con prisa antes que fuera tomado por decenas de personas.

El centro de la capital argentina se colapsó ante la presencia de una marea humana que reclamó un cambio en la política económica y el freno la ola de despidos que se inició a principios de 2016. La protesta de la CGT ha estado precedida por una manifestación de maestros de 15 calles, en el marco de una huelga de 48 horas.

Marcos Peña, el jefe de ministros de Macri criticó la decisión de los sindicatos de enfrentar al Gobierno. “No están siendo lo más francos posible”, dijo. Para Peña, “la política electoral”, de cara a los comicios legislativos de octubre, “se está mezclando” con la agenda de la CGT. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, consideró que la motivación del sindicalismo es “político” porque  no hay “un problema generalizado” en la economía. Otros ministros hablaron de "extorsión" sindical.

Durante el acto, el sindicalista Carlos Acuña dijo que Macri “no acierta una” con su política. Aseguró que la “apertura indiscriminada” de las importaciones destruye a la pequeña y mediana industria. Carlos Schmid, otro de los integrantes del triunvirato que conduce la CGT, dijo que las medidas del presidente “no han dado el resultado esperado” y el ciudadano de a pie percibe que “no se sale de la recesión”. Schmid le pidió a las autoridades que declaren la emergencia social y que no destruya los convenios laborales. “Le decimos al Gobierno que no vamos a permitir que los flexibilicen”, puntualizó.

CACIQUISMO SINDICAL

Los caciques sindicales se muestran reticentes a adoptar medidas de fuerza, entre otras cosas porque recibieron importantes beneficios del Gobierno como la inyección de dinero en las mutuales. La presión social los ha obligado a convocar a la manifestación contra su propia voluntad. Partidos políticos y organizaciones sociales se sumaron a la protesta. En la calle se pidió algo más. A Héctor Daer, el otro de los jefes de la CGT, lo traicionó el lenguaje. “La huelga será antes de fin de año, perdón, de fin de mes”, dijo.

Los conflictos sociales tienen lugar en momentos en que la popularidad de Macri se encuentra en 45%. Los efectos de la recesión y los escándalos por conflictos de intereses entre el Gobierno y el emporio económico familiar explican el descontento, según los analistas.

CRISTINA KIRCHNER, EN EL JUZGADO

La movilización de la CGT coincidió con la presencia en los tribunales de Cristina Fernández de Kirchner en el marco de una causa que se le sigue por presunto enriquecimiento lavado de dinero. El juez Claudio Bonadio estudia procesar a la expresidenta. Kirchner aseguró que el hostigamiento en su contra “no registra antecedentes” en la política argentina. “La persecución adquiere ribetes tragicómicos: se le asigna a mi hija, Florencia Kirchner, el carácter de miembro de una asociación ilícita constituida cuando ella contaba tan sólo con doce años de edad”, ha asegurado la antigua mandataria.