PARÁLISIS InSTITUCIONAL EN ROMA

Los sabios italianos se ponen en marcha entre un gran recelo

Giorgio Napolitano, la semana pasada, al abandonar el Quirinale.

Giorgio Napolitano, la semana pasada, al abandonar el Quirinale.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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Hoy empiezan su labor los 10 sabios nombrados por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para salir del atolladero electoral en Italia, pero los partidos políticos se muestran escépticos con esta solución. Otros lo critican porque entre los sabios no hay ni una sola mujer.

La solución se parece a la que adoptó Holanda en el 2010, tras unos resultados electorales muy igualados, cuando un grupo de expertos se encerró en un castillo y salió con un programa de Gobierno. Ello permitió poner en pie a un Ejecutivo que duró dos años y aclaró el panorama político. Pero Italia se encuentra en otra latitud, por lo menos política, y no se sabe si funcionará la fórmula, aunque los mercados parecen tener confianza.

LA FÓRMULA MÁGICA/ En unas dos semanas, los 10 sabios deberían facilitar al jefe del Estado la lista de las reformas constitucionales más urgentes y una especie de programa de gobierno, con la esperanza de que, con los deberes asignados para el Parlamento y para el Ejecutivo, el presidente consiga hallar la fórmula mágica para alumbrar un gabinete. Mientras, las agencias de calificación amenazan con una descalificación de la deuda, a la espera de la reacción de hoy de los mercados financieros frente a la parálisis política.

Tras los resultados de las elecciones de febrero, que dejaron un Senado ingobernable, los partidos políticos no aciertan a formar un Ejecutivo a causa de vetos recíprocos e intereses incompatibles. Los conservadores quieren solo una gran coalición con los progresistas, lo que permitiría a Silvio Berlusconi volver a lo grande a la mesa del juego político. «O un gobierno político, o nuevas elecciones», repite Berlusconi, que ya ha anunciado su candidatura a primer ministro si se repiten los comicios. Los progresistas rechazan rotundamente un abrazo que consideran mortal y que impediría al nuevo Ejecutivo la aprobación de una serie de leyes, como la del conflicto de intereses, la de inhabilitación para cargo público de los condenados o de los concesionarios de licencias públicas.

«Pier Luigi Bersani sigue en liza», subrayan en el Partido Democrático (PD), frase que oculta, por ahora, el malestar de una parte de sus dirigentes ante la intransigencia del dirigente ante un posible pacto con Berlusconi.

GRILLO NO CEDE/ Por su parte, los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S), fundado por el cómico Beppe Grillo, se siguen oponiendo a cualquier solución que no sea la formación de un Gobierno propio. Pero con las cifras en la mano -109 diputados y 54 senadores- esto es inviable. Grillo ha calificado a los 10 sabios con la frase despectiva de «asistentas de la democracia».

Pasquale Cascelle, portavoz de Napolitano, defiende el método, explicando vía Twitter que «no se trata de 10 sabios genéricos, sino de personalidades escogidas con criterios objetivos, en función de trabajos ya realizados y del cargo que ocupan». «En una semana o 10 días tienen que concluir sus trabajos», atajan los portavoces del conservador Pueblo de la Libertad (PDL), que critican la actitud de Napolitano de considerar que «ya existe un Gobierno», el de Mario Monti. «Diez días de más o de menos no cambiarán el problema», añade el exministro conservador Renato Brunetta.

IRONÍA / «Estamos aquí, pues, a la espera del veredicto de 10 competentísimos y envejecidos señores», escribe irónicamente el moderadoLa Stampa, subrayando que «en las mismas condiciones, a los cardenales (del reciente cónclave) no les salió mal». Pero añade el rotativo: «Nosotros, laicos, tenemos la desventaja de no contar con la asistencia del Espíritu Santo».

La solución presentada por Napolitano retrasa de hecho la formación del próximo Gobierno, con lo que la solución podría pasar al nuevo presidente de la República, que será elegido por el Parlamento a partir del día 15 de este mes. Napolitano termina su mandato el 16 de mayo.

Mientras, los mercados financieros no parecen demasiado preocupados. La Berenberg Bank de Hamburgo, con 30.000 millones de inversiones en cartera, sugiere que «Italia no dará un vuelco» «La situación política es una carnicería, pero se trata del acostumbrado matadero. El país sabrá convencernos», añade.