Los refugiados estallan

Semanas de detención, condiciones pésimas, un lugar superado de capacidad y un futuro más bien poco halagüeño. Este cóctel de factores ha prendido el martes en el centro de detención de MoriacentrodetenciónMoria, en la isla griega de Lesbos, donde los solicitantes de asilo son confinados tras sobrevivir a una arriesgada travesía en patera desde las costas turcas.

“La revuelta ha empezado en la zona de menores no acompañados, donde llevaban un mes detenidos, cuando deberían haber sido puestos en libertad después de dos semanas. Estaban muy frustrados y cuando preguntaban por su liberación no obtenían respuesta”, asegura a EL PERIÓDICO Ayesha, una voluntaria del la oenegé Better Days for Moria oenegé Better Days for Moriaque ha presenciado el motín desde fuera de las vallas del centro de detención.

“La tensión ha aumentado muy rápido. Los migrantes prendieron fuego a algunos objetos dentro del centro y cuando llegó la policía se pusieron más violentos, y también la policía. Cuando el resto de los refugiados vio que la policía atacaba a los menores, decidieron proteger a los que consideran sus hermanos pequeños”, relata, en conversación telefónica. Así, las piedras comenzaron a volar hacia los agentes de policía, mientras que éstos respondieron con gas lacrimógeno.

Al tiempo que el gas y el humo se dibujaban sobre el cielo de Moria, las pocas oenegés presentes en el centro de detención evacuaron a su personal. Después, se procedió a evacuar a familias de refugiados, por lo que mujeres y niños quedaron fuera de la zona de peligro. Esta evacuación provocó que los refugiados restantes dentro tomaran el centro y por la megafonía del mismo se empezaran a escuchar gritos de "¡Libertad! ¡Libertad!".

"MIEDO Y CONFUSIÓN"

Los altercados comenzaron en torno a las seis de la tarde hora local (una hora menos en España) y se frenaron pasada aproximadamente una hora, tiempo en el que no cesaban de llegar a Moria numerosos refuerzos policiales que esperaban fuera, según la versión de la cooperante. “Hay mucho miedo y confusión”, agrega.

Las imágenes aparecidas en la red social Twitter muestran contenedores en llamas, refugiados gritando y algún enfermo siendo trasladado. En el momento de publicar este texto, la policía de Grecia no había informado de ningún balance de heridos, aunque varias fotos y vídeos publicados en las redes sociales mostraban algunos solicitantes de asilo siendo trasladados sobre mantas.

La portavoz de Médicos Sin Fronteras en Lesbos, Vicky Markolefa, ha asegurado a EL PERIÓDICO que la clínica móvil de esta organización acudiría a atender a quienes resultaran heridos.

EL DOBLE DE INTERNOS

El enfrentamiento se produjo horas después de que el viceministro griego de Migración, Yanis Muzalas, visitara Moria, donde fue recibido con abucheos y una lluvia de botellas de agua por parte de los internos. El centro de detención de Moria (antes un centro de registro y campamento de refugiados, y antes de eso, una base militar) está sobrepasado de capacidad, con más de 3.000 migrantes encerrados dentro, cuando su capacidad es de 1.500 personas. Aquellos a quienes les sea denegado el asilo, serán devueltos a Turquía en virtud del controvertido acuerdo suscrito entre Bruselas y Ankara el pasado 18 de marzodevueltosTurquíacontrovertido acuerdoBruselas Ankara y puesto en marcha dos días después.

De hecho, este mismo martes se produjo la tercera ronda de devoluciones desde Grecia a Turquía, tras las 325 personas retornadas en barco los pasados días 4 y 8 de abril. En esta ocasión, un total de 49 migrantes regresaron a suelo turco desde las islas de Kos (31 personas), Quíos (5) y Lesbos (13). Se trata de migrantes procedentes de Birmania, Afganistán, Pakistán e Irán, ninguno de los cuales había solicitado asilo político en Grecia, según fuentes gubernamentales citadas por la agencia de noticias Reuters.

Varias organizaciones humanitarias y de defensa de los derechos humanos han cuestionado la protección que Turquía oferta a los refugiados devueltos, ya que la legislación local solo permite acceder al estatus de refugiado y residir en el país euroasiático a aquellos con pasaporte europeo. Mientras que los sirios cuentan ahora con un marco legal de protección temporal, el resto de nacionalidades se enfrentan a una más que posible deportación a sus países de origen.