MUSULMANES EN EUROPA / Y 5. FRANCIA

Los que no son Charlie

Los centros educativos de Francia se enfrentan al reto de abordar con los alumnos de cultura musulmana asuntos extremadamente sensibles que han salido a la luz a raíz de los atentados yihadistas y dejan ver las dificultades para extender los valores republicanos. Este reportaje finaliza la serie.

Jóvenes musulmanes franceses reivindican su identidad cultural y religiosa en un acto en París, el día 18.

Jóvenes musulmanes franceses reivindican su identidad cultural y religiosa en un acto en París, el día 18.

EVA CANTÓN / PARÍS

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El 8 de enero, los 35 profesores del centro de bachillerato George Clémenceau se reunieron para ver cómo abordar con los alumnos el minuto de silencio que todos los centros escolares debían guardar en memoria de los 12 muertos en el atentado contra 'Charlie Hebdo'. Se tomaron su tiempo y dialogaron con los chavales, pero aun así una niña dijo que, siguiendo las instrucciones de su madre, no iba a participar. Llegado el momento, abandonó el aula y salió al pasillo. Otro alumno la siguió. No fue el único incidente. El mensaje 'Je suis Charlie' que una alumna italiana escribió en su Facebook se tradujo en una avalancha de comentarios airados por parte de sus compañeros de clase.

«Algunos alumnos decían que se podía denunciar el atentado, pero… Siempre había un pero. Se sentían heridos por lo que consideraban una blasfemia. Era el mensaje más extendido. Entonces se les explicó que en Francia no existe el delito de blasfemia», relata a este diario Pascal Delhom, director del George Clémenceau, un edificio de ladrillo rojo situado el corazón de la Goutte d'Or, el barrio más africano de París, que forma parte de la llamada Red de Educación Prioritaria (REP). El centro atiende a 350 alumnos que, en un 75%, proceden de clases sociales desfavorecidas, son parte de la tercera generación de inmigrantes que llegaron de Argelia, de cultura musulmana y apenas conviven con compañeros de origen francés.

Delhom cuenta que, a diferencia de lo que se vivió en otros establecimientos escolares los días posteriores al atentado yihadista, en el suyo nadie hizo apología del terrorismo. «Lo que circulaba en las redes sociales era sobre todo la teoría del complot», prosigue. Una teoría que tiene éxito entre los más jóvenes y que acusa a Israel de estar detrás de unos hechos con la intención de dañar la imagen del islam. Los 200 incidentes registrados en centros escolares de toda Francia han dejado al descubierto las dificultades del sistema educativo francés para generalizar los valores republicanos de los que el presidente François Hollande ha hecho bandera frente a la amenaza yihadista. Muchos profesores se las tienen que ver con argumentos como el de un alumno de bachillerato que decía lo siguiente: «No es justo. François Hollande se presentó en media hora en 'Charlie Hebdo' y ni siquiera ha viajado a Palestina».

DISCRIMINACIÓN SOCIAL

Hay también quien, como el sociólogo Hugues Lagrange, habla de la necesidad de los jóvenes de reafirmar su identidad musulmana para compensar cierto sentimiento de discriminación social. «El resurgir de prácticas culturales y la religiosidad aumenta en los inmigrantes llegados a Francia antes de los 16 años y en los descendientes de inmigrantes, pero no en los que han llegado en la edad adulta», explicaba en 'Le Monde'. También apuntaba el dato de que los musulmanes de los barrios en los que predomina la población inmigrante son más religiosos que quienes viven en zonas donde la mezcla social es mayor. Algo que, a su juicio, es consecuencia del fracaso de la integración.

Para responder a este desafío educativo y de integración social el Gobierno ha puesto el acento en el principio del laicismo y en el próximo curso se reforzarán los medios humanos para que los alumnos trabajen sobre el pluralismo, la libertad de opinión y el rechazo a todo tipo de discriminación.

AGRESIONES A LA COMUNIDAD

Una discriminación de la que también es víctima la comunidad musulmana, que puede convertirse en el nuevo 'chivo expiatorio'. Según el Observatorio nacional contra la Islamofobia se han registrado 116 agresiones contra lugares de culto musulmán o ciudadanos musulmanes. Sin embargo, el islam forma parte del país. «He nacido en Francia. Trabajo aquí, voto aquí y me siento muy francesa», decía Sonia, joven tunecina que dice haberse sentido herida por las caricaturas de Mahoma pero aun así se manifestó contra el terrorismo.