ANÁLISIS

Los Proclaimers y el dilema inglés

ALBERT GUASCH

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«Nadie cuidará de los intereses de Escocia como los escoceses». Con esa y otras arengas expuestas con la necesaria convicción, Alex Salmond ayudó a voltear las expectativas del referendo del día 18. Lo hizo la pasada semana en el último cara a cara con Alistair Darling, el insulso exministro del Tesoro británico. Puede que fuera audaz el criterio del Gobierno conservador de elegir a un laborista para comandar la campaña unionista, pero da la impresión de que no nombró al individuo más adecuado. Ahora, a falta de 10 días, hay partido. ¿Quién lo iba a decir?

El exministro laborista ha fracasado en su objetivo básico de mantener quietas las aguas. Salmond y los entusiastas activistas de Yes Scotland han agitado el lago. Londres daba por ganada la consulta y, mira por donde, su barco avanza hacia el naufragio. Los rotativos ingleses, que hasta hace nada prestaban una perezosa atención al proceso escocés, ayer hicieron sonar las alarmas.

¿Y qué hará ahora David Cameron? La tesis imperante es que los tories ayudan a la causa secesionista cada vez que abren la boca. Varias de sus reformas, como la privatización creciente de la Sanidad, son muy impopulares en el norte. Pero es de suponer que el premier no se puede quedar de brazos cruzados. La semana pasada se involucró por primera vez con un discurso en Glasgow y la tendencia, si ha variado, es a peor para Londres. Difícil dilema, pues, al que se enfrenta Downing Street.

No puede ser este el cuadro que imaginó Cameron cuando permitió el referendo. Pero Salmond no puede pegar botes aún. En el referendo de Quebec de 1995 los secesionistas tomaron la delantera por 6 puntos a pocas fechas de la votación, pero el día de la verdad el no ganó por un ajustado 50,6% a 49,4%.

The Proclaimers compuso en los 90 una canción inequívocamente independentista adoptada ahora por Yes ScotlandCap in hand, se titula. «No puedo entender por qué dejas que otro gobierne tu tierra», reza. Y encima, denuncia la letra, pasas la gorra, mendigas. Uno diría que no es una canción particularmente pegadiza, pero ahora es líder en descargas. La música de Salmond tampoco lo era inicialmente, pero ya se sabe que algunos temas tardan en entrar. Igual este es el caso.