El futuro de la Eurozona

Los primeros sin el euro

Una veintena de localidades del país empiezan a funcionar con una divisa propia en mercados alternativos H Cada vez se añaden a este sistema más comercios convencionales

Los sábados 8 Venta de bisutería en el mercado alternativo de Volos.

Los sábados 8 Venta de bisutería en el mercado alternativo de Volos.

ANDRÉS MOURENZA
VOLOS

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En el jardín de la casa de los Paraskevas, cercana a la ciudad de Volos (este de Grecia), corretean las gallinas. Producen más huevos de los que la propia familia es capaz de consumir y, por tanto, decidieron ponerlos a la venta, pero en la Grecia de la crisis, en la que muchos han perdido la mitad de su poder adquisitivo en los últimos dos años, muy pocos están dispuestos a pagar por unos huevos de producción natural, más caros que los que se encuentran en el supermercado. Al menos, si ese pago es en euros.

Ahora, desde hace unas semanas, los Paraskevas acuden cada sábado a vender sus huevos al mercado alternativo de Volos, que gestiona una red de intercambio solidario de la provincia al margen de la moneda única europea. Todos los pagos se hacen en una divisa diferente, el TEM, que significa Unidad Local Alternativa.

Una ayuda

«Por el momento el sistema funciona bien y la atmósfera es buena»,explica Alexandra Paraskevas. Ni ella, de 25 años, ni su padre, de 52, esperan que este sistema les haga ricos pero, para una joven que trabaja entre semana 40 horas sin contrato y a cambio de 400 euros, y un padre que cobra 1.700 euros mensuales, sus huevos y sus gallinas son una pequeña ayuda a la economía familiar.

Marika Hupis , una de las fundadoras del proyecto, explica que la red comenzó hace tres años, antes de la crisis de la deuda, con el objetivo de crear «una economía social alternativa». Eso sí, el hecho de que la crisis y las medidas de austeridad hayan golpeado con tanta fuerza ha convertido la iniciativa en un éxito: «Al principio éramos solo 50, ahora somos más de 1.000».

Y es que, aunque se esté en paro o no se tengan recursos, uno puede unirse a esta red y comenzar a comprar en TEM. A quien se apunta se le abre una cuenta en la web de la red con un préstamo inicial de 300 TEM para que pueda comenzar a consumir y mover la economía. En internet, cada uno de los usuarios ofrece sus servicios -desde profesores a masajistas e incluso doctores, abogados y arquitectos- y en el mercado cada cual puede poner a la venta los productos que desee: verduras, artesanía, productos de segunda mano, electrodomésticos de una tienda que ha cerrado y se ha quedado con un gran stock.

Un TEM equivale a un euro pero solo a efectos del cálculo de precios, ya que las monedas no son intercambiables. Y de hecho el TEM no es ni siquiera una moneda, más bien no existe. El comprador firma un cheque nominal al vendedor por los TEM requeridos y, una vez la transacción es aprobada por el banco, modifican las cuentas de los usuarios. También se pueden hacer transferencias a través de internet o incluso del teléfono móvil.«El valor de las cosas depende de la cantidad de trabajo realizado y de su utilidad para la comunidad»,afirma Hupis.

Las cuentas de los integrantes de este curioso sistema están abiertas y pueden ser consultadas por el resto de los miembros, para saber si fiarse en una operación de compraventa. Además, se realizan asambleas periódicas para controlar los precios y establecer el nivel máximo de endeudamiento, para evitar fraudes y burbujas. Igualmente carece de sentido acumular muchos TEM ya que el banco no da intereses, aunque sí cobra 2 TEM a cada usuario para pagar al grupo de funcionarios que se encarga de certificar las operaciones. En el mercado semanal se mueven entre 2.000 y 5.000 TEM por jornada.«Esto crecerá a medida que aumente confianza, porque la base de este sistema es la confianza personal»,dice Jristos, uno de los encargados de mantener el sistema.

La iniciativa se extiende

De hecho el proyecto ya se está extendiendo a otros lugares y ya hay unas 20 localidades con su propia divisa. En Volos, otra veintena de negociosnormalesha decidido comenzar a vender en TEM, como un horno, un taller y una óptica, aunque deben aún cobrar una parte de su producto en euros para pagar las materias primas. Eso sí, cada vez hay más productos disponibles dentro del sistema TEM y ahora la familia Paraskevas puede incluso comprar el pienso para sus gallinas con esa divisa. Y con los TEM Alexandra podrá cumplir uno de sus sueños: recibir clases de guitarra, algo que no podría permitirse con su magro sueldo en euros.