campaña electoral británica

Los nacionalistas escoceses tienden la mano a Inglaterra

Nicola Sturgeon, en la presentación del programa electoral del SNP, ayer, en Edimburgo.

Nicola Sturgeon, en la presentación del programa electoral del SNP, ayer, en Edimburgo.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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Nicola Sturgeon, la mujer que marca el ritmo en la campaña electoral británica, volvió a dejar ayer claro que el Partido Nacional Escocés (SNP) quiere un acuerdo con los laboristas. En la presentación del programa para los comicios del 7 de mayo, Sturgeon confirmó que el SNP respalda las principales medidas sobre impuestos presentadas por el líder del laborismo, Ed Miliband.

En tono firme, lanzó un mensaje tranquilizador a los votantes británicos, especialmente a los de Inglaterra, que ven a los independentistas escoceses como un peligro si llegan a un pacto con Miliband. A ellos Sturgeon les ofreció «una mano amiga». «Trabajaremos de manera responsable y constructiva», representando los intereses de todo el Reino Unido, señaló. Los sondeos no dan a ningún partido ganador, ni con la mayoría suficiente para gobernar.

«ROMPER EL REINO UNIDO» / Ante una audiencia de militantes que la ovacionó en Edimburgo, Sturgeon prometió que «si votáis al SNP el 7 de mayo, haremos que la voz de Escocia se oiga más fuerte y claramente en el Parlamento de Westminster». Además, se dirigió directamente a los ciudadanos de Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales. «Aunque no podáis votar al SNP vuestros puntos de vista cuentan para mí y tenéis el derecho a saber lo que podéis esperar de mi partido si los escoceses nos dan influencia en un Parlamento sin mayoría».

Sturgeon, demonizada por la prensa conservadora inglesa, quiere que el SNP se vea como «una fuerza progresista» en busca del bienestar de todo el país. «Si el SNP tiene una posición influyente tras estas elecciones, vamos a ejercer esa influencia de manera responsable y constructiva y siempre vamos a ejercerla para interés, no solo de Escocia, sino de todo el Reino Unido». El primer ministro y jefe de los conservadores, David Cameron, rechazó las buenas palabras de  los independentistas. «No vienen dispuestos a hacer un país más fuerte, vienen a Westminster a romper el Reino Unido».

El SNP, con un programa de centroizquierda,  invocando el «cambio positivo», se halla en un momento de euforia. Imparable, en continuo ascenso después de haber cuadriplicado el número de militantes, va camino de borrar del mapa a los laboristas en Escocia y conseguir medio centenar de escaños si se cumplen los sondeos. Eso les daría el poder de decidir quién será el próximo primer ministro. Sturgeon ha ofrecido ya una alianza a Miliband. Este la ha rechazado, pero ha dejado abierta la posibilidad de otro tipo de pactos.

En su programa, el SNP aboga por el fin de la política de austeridad: «objetivo -afirma- que será nuestra prioridad número uno». Apoya un incremento en la contribución a la Sanidad Publica (NHS) de 24.000 millones de libras en los próximos cinco años, la construcción de 100.000 casas sociales a precios asequibles, el aumento del salario mínimo y de los impuestos para los salarios superiores a las 150.000 libras.

En asuntos de Defensa, los nacionalistas votarán en contra de la renovación de los misiles nucleares Trident, estacionados en Escocia. El dinero del armamento nuclear se emplearía para mejorar los servicios públicos y la educación. El futuro de los Trident les enfrenta con los laboristas. Pero Sturgeon precisó que esas diferencias no serían un obstáculo para respaldar a Miliband.