Los manifestantes de Hong Kong amenazan con extender la huelga estudiantil a los trabajadores

Los asistentes a la protesta de Occupy Central abuchean a los representantes de China

ADRIÁN FONCILLAS (Enviado Especial) Hong Kong

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La brecha entre la clase política dirigente y una parte de la sociedad se ha revelado con toda su crudeza durante el Día Nacional de China. Los estudiantes han abucheado y exigido a gritos la dimisión de CY Leung, jefe ejecutivo de la excolonia británica. Después, han seguido la ceremonia de espaldas y en silencio.

Una vez terminada, los responsables políticos de Hong Kong y la China del interior han brindado con champagne para celebrar el 65 aniversario de la fundación de la República Popular China. El concejal local Paul Zimmerman ha mostrado un paraguas amarillo, el signo de las protestas, y el legislador prodemócrata Leung Kwok-hung ha sido expulsado por los miembros de la seguridad tras pedir su dimisión a gritos.

Los líderes de las protestas estudian la estrategia después de que Leung rechazase anoche su ultimátum para reunirse con ellos. Entre las opciones figura extender la huelga estudiantil a los trabajadores y ocupar un edificio gubernamental.

Leung no ha mencionado la protesta en su discurso, pero ha defendido con ímpetu las reformas democráticas que permitirán a la población hongkonesa elegir a su líder en lugar del actual comité formado por representantes de sectores sociales. “Es definitivamente mejor tener un sufragio universal que no tenerlo. Es definitivamente mejor tener un Jefe Ejecutivo elegido por cinco millones de electores que por 1.200 personas. Y es definitivamente mejor depositar tu voto en una urna que esperar en casa y ver por televisión cómo votan los miembros del Comité de Elección”, ha dicho. El nudo del problema es que los candidatos habrán sido filtrados por otro comité afín a Pekín para imposibilitar a los beligerantes, lo que es interpretado por una parte de la sociedad como una farsa democrática.

Nuevo núcleo de la protesta

Las protestas han alcanzado su sexto día sin que se intuya un final cercano. El desalojo por la fuerza está descartado después de que el uso de gas lacrimógeno el pasado fin de semana sólo sirviera para triplicar el número de manifestantes. Miles de jóvenes siguen concentrados en Gloucester Road, una de las principales arterias de la ciudad, mientras la protesta va conquistando espacios con el paso del tiempo.

En Tsim Sha Tsui, en la orilla opuesta de la isla, otra calle ha sido cerrada al tráfico por los activistas, quienes se han enfrentado a los numerosos turistas del interior de China. Unos cientos de metros al norte de Nathan Road, seis autobuses permanecen varados desde el domingo y rodeados por miles de manifestantes. “Hoy no hay nada que celebrar. Los hongkoneses no tenemos día nacional y éste no es el nuestro”, afirma Viola Chung, ama de casa de 50 años