TENSIÓN EN ALEMANIA

Los islamófobos alemanes se movilizan contra los refugiados

Protesta organizada por Pegida, en la que uno de los manifestantes lleva un supuesto burka, el lunes, en Dresde.

Protesta organizada por Pegida, en la que uno de los manifestantes lleva un supuesto burka, el lunes, en Dresde.

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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El incesante flujo de refugiados que llega a Alemania parece no tener final y el Gobierno de Angela Merkel no ha podido encontrar aún una solución. El desbordamiento que vive el país ha llevado a los ciudadanos a un estado de ánimo menos abierto a nuevas llegadas y la ultraderecha ha querido aprovechar el momento para salir a la calle. El lunes, hasta 10.000 personas protestaron en Dresde contra los refugiados en una marcha organizada por el grupo islamófobo Pegida.

La apertura de fronteras fue vista como un gran triunfo de Merkel hace tres semanas pero ahora su política migratoria empieza a pasarle factura. Las críticas a la cancillera han aflorado en las últimas semanas e incluso hay voces dentro de su partido que la cuestionan. Su popularidad se ha visto resentida y ha perdido nueve puntos de apoyo ciudadano, mientras que sus opositores, como el líder democristiano Horst Seehofer, han salido reforzados. El fotomontaje de la líder alemana cubierta con un velo emitido por la televisión pública contribuye a alimentar la polémica y la crispación.

MIEDO

Otra encuesta dejaba ver que el alud de refugiados ha empezado a hacer mella en los ciudadanos, un 51% de los cuales declararon tener miedo a que llegue más gente al país, lo que supone un 13% que en septiembre. Las previsiones de nuevas y masivas llegadas pueden empeorar aún más esos registros. Aunque las autoridades germánicas calcularon que hasta finales de año recibirían alrededor de 800.000 peticiones de asilo más, el lunes el tabloide 'Bild' publicó un informe confidencial según el cual la cifra se dispararía hasta 1,5 millones de refugiados.

Este desbordamiento ha alimentado las tensiones sociales sobre todo en el este del país, las zonas más afectadas por el paro y donde el discurso antiislamista ha tenido una mayor penetración.

El lunes, un incendio provocado en un local que acogía refugiados en Saafeld, en el estado de Turíngia, acabó con la muerte de un hombre de 29 años que había llegado de Eritrea. Aunque no es la primera vez que se cala fuego en un centro de este tipo sí que es el primer ataque que se cobra una vida.