Un líder reciclado para nuevos tiempos

Laico, liberal y martillo de islamistas, fue un hombre de Burguiba... y de Ben Alí

Esebsi proclama su victoria, anoche.

Esebsi proclama su victoria, anoche.

B. M. / RABAT

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Beyi Caid Esebsi, de 88 años y, asegura, buena salud, es un clásico de la política tunecina, ministro de Interior, Defensa y Exteriores con Habib Burguiba y presidente del Parlamento en el régimen de Ben Alí. Su dilatada experiencia política calma la inquietud de las élites, preocupadas por la inestabilidad política y la inseguridad de los últimos años, que han hecho surgir más de una voz expresando añoranza del régimen anterior.

El ideario político laico y liberal de Esebsi y su defensa de la francofonía casan, en especial, con la mirada de Occidente, que no ha ocultado su estima hacia quien anoche se perfilaba como próximo presidente de Túnez. Su partido, Nida Tunis (Llamada por Túnez), ya ganó las legislativas presentándose como la tabla de salvación del país frente al ascenso del extremismo religioso y el marasmo económico, ejemplificado por el alto paro y la subida de los precios de los productos

básicos.

Sin embargo, hay otro sector, no solo de la oposición sino también dentro de su propio electorado, preocupado porque teme que con la llegada de Esebsi al palacio presidencial de Cartago se restaure el autoritarismo. Que se haga con las riendas del Ejército, la Guardia Presidencial, los servicios de información de la Presidencia y el Ministerio del Interior, es decir, que controle todos los resortes del poder.

Está claro que, si se confirma, el triunfo de Esebsi representa el regreso de la vieja guardia de Ben Alí;  la pregunta es hasta qué punto se ha reciclado. Si ofrecerá a la ciudadanía mayores niveles de seguridad, modernidad, desarrollo y estabilidad en detrimento de la democracia, o bien optará por abrir espacios de libertad tratando de garantizar asimismo el crecimiento económico; es decir, atender a las principales razones que llevaron a los tunecinos a echarse a las calles en enero del 2011 provocando una inédita revolución popular que cambió el rumbo de toda la región.