TERROR EN FRANCIA

Las viñetas difuminadas

Una foto pixelada de Chab, director de 'Charlie Hebdo', para no herir ninguna sensibilidad por parte de The Telegraph (arriba). Debajo, portadas llamativas publicadas este jueves.

Una foto pixelada de Chab, director de 'Charlie Hebdo', para no herir ninguna sensibilidad por parte de The Telegraph (arriba). Debajo, portadas llamativas publicadas este jueves. / GETTY IMAGES

ALBERT GUASCH / BARCELONA

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Cuando en el 2005 el diario danés 'Jylland-Posten' publicó una docena de viñetas sobre Mahoma, el mundo islámico reaccionó con furia. Se produjeron disturbios en varios países y se llamó al boicot de los productos daneses. La revista 'Charlie Hebdo' se solidarizó con el rotativo conservador, reprodujo los controvertidos dibujos y de alguna forma tomó el testigo en la satirización de los símbolos musulmanes más sagrados. Pues bien, este jueves el 'Jylland-Posten' no publicó ninguna de las viñetas de 'Charlie Hebdo'.

Jorn Mikkelsen, redactor jefe del diario, ofreció una explicación sincera en la web propia. Abiertamente aludió a «la responsabilidad hacia los trabajadores» y a «la situación especial» del 'Jylland-Posten', que ha sufrido varios intentos de atentado en los últimos años. «Lo cierto es que habría sido irresponsable publicar nuevos o viejos dibujos del profeta ahora. Muchos no lo reconocerían; yo sí. Y lo digo con pesar. El 'Jylland-Posten' tiene una responsabilidad hacia sí mismo y sus trabajadores», dijo.

Reporteros sin Fronteras pidió que los medios reprodujeran sin miedo las imágenes de 'Charlie Hebdo'. Pero ya fuera por respeto a los musulmanes o por una cuestión de seguridad, en los medios tradicionales de todo el mundo imperó en general la contención. Y por ello el concepto de autocensura circuló en los foros de debate. Las portadas más beligerantes fueron celebradas, en particular entre aquellos lectores que convirtieron el principio de libertad de información en un asunto de valentía.

PIXELAR FOTOS

En los países anglosajones la prudencia se impuso sin casi fisuras. No se publicaron retratos de Mahoma, ni propios ni de la revista francesa. Hubo medios, como el británico 'The Daily Telegraph' o el norteamericano 'Daily News', que optaron por pixelar portadas conflictivas en las fotografías de Chab, el asesinado director de 'Charlie Hebdo'.

El 'New York Times', a través de un portavoz, justificó la ausencia de las viñetas que tantos musulmanes consideran blasfemas. «Bajo las estándares del 'Times', no publicamos normalmente imágenes u otro material que pretenda deliberadamente ofender sensibilidades religiosas», señaló un portavoz.

PROTESTAS CIUDADANAS

La misma conclusión pareció alcanzar la mayoría de cadenas de televisión. La CNN optó por esconder imágenes que pudieron herir a la comunidad musulmana, según un comunicado interno divulgado por el diario digital 'Politico''. Si se emitían imágenes de protesta ciudadanas, la orden de la dirección precisaba que los planos debían ser «amplios». Por si acaso.

En Europa las portadas y las ilustraciones de las páginas interiores fueron algo más atrevidas. En España, 'La Razón' se revolvió más explícitamente que nadie contra cualquier insinuación de autocensura. «El atentado (...) supone un ataque directo a la libertad de expresión, esencia de la civilización occidental y seña de identidad que distingue a los pueblos libres y democráticos de las tiranías de cualquier signo», proclamó en su editorial.

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

«No hay una sola manera de ejercer o defender la libertad de expresión», reflexionó Enric Hernàndez, director de EL PERIÓDICO. «La misión del periodismo, a diferencia de otras disciplinas, es publicar informaciones veraces y opiniones plurales, por mucho que disguste a algunos. Pero el deber de los diarios no es provocar, alimentar rencores ni brindar falsas coartadas a los criminales, sino suministrar datos fidedignos y elementos de juicio para combatir la principal amenaza de nuestros días: que las minorías fanatizadas logren dinamitar nuestra convivencia y estigmatizar por sus creencias a todo el pueblo árabe».

El dilema que afrontan estos días muchos medios --equilibrar principios y seguridad-- fue expuesto con toda crudeza por Stephen Pollard, editor del 'Jewish Chronicle', diario judío del Reino Unido. «Si un diario judío como el mío publicase estas viñetas, estaría al frente de la fila de objetivos de los islamistas. Es fácil atacar a los diarios por no dar viñetas. Pero mi dilema es este: cada principio que defiendo me dice que las publique. ¿Pero qué derecho tengo de poner en riesgo las vidas de mi equipo solo para hacer una declaración de principios?».