TESTIMONIOS ESCALOFRIANTES EN UN LIBRO

Las presas de Gadafi

Las célebres amazonas del dictador eran en realidad esclavas, secuestradas y violadas

Rodeado 8 Gadafi, acompañado de sus famosas amazonas, en abril del 2004 en Bruselas.

Rodeado 8 Gadafi, acompañado de sus famosas amazonas, en abril del 2004 en Bruselas.

ELIANNE ROS
PARÍS

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La imagen de Muamar Gadafi rodeado de sus célebres amazonas, cuerpo militar exclusivamente femenino encargado de su protección, se adivinaba forzada. Y sus encendidas arengas sobre la igualdad de sexos sonaban poco sinceras. La sospecha de que no eran más que una vitrina, tan falsa como el color del pelo del extinto dictador, la confirma la reportera deLe MondeAnnick Cojean. Su libro, tituladoLas presas, en el harén de Gadafi, recoge el escalofriante testimonio de estas mujeres y revela que en realidad eran esclavas sexuales, secuestradas y violadas por el dictador en plena adolescencia.

Soraya tenía 14 años cuando el guía visitó su escuela. Le puso la mano en el pelo. Ese gesto era el«toque mágico», la señal que daba a sus escoltas -sus verdaderos guardaespaldas eran hombres de su tribu- para señalar a sus presas. Al día siguiente fueron a buscarla a su casa para llevarla al palacio Bab-al-Azizia, en cuyo subsuelo tenía un auténtico harén. Tras los análisis realizados por las enfermeras ucranianas

-el dictador temía contraer el sida-, Soraya fue conducida ante Gadafi.

«Soy tu papá»

«Estaba desnudo en su cama. ¡Qué horror!»relata.«No tengas miedo, soy tu papá, pero también tu hermano y tu amante. Seré todo eso para ti, porque te quedarás a vivir conmigo para siempre»,le dijo antes de abordarla. La resistencia de Soraya provocó la cólera de Gadafi. «¡Mira esta puta, no quiere obedecer. Enséñala, edúcala y luego me la traes!»,espetó a Mabrouka, reclutadora de las víctimas. Adicto a la cocaína y al viagra, necesitaba sexo unas cuatro veces al día y mantenía relaciones con jovencitas, preferentemente vírgenes. Le gustaba registrar sus agresiones sexuales en vídeo.

La historia de Soraya es la de centenares de adolescentes libias, que luego eran exhibidas como amazonas o obligadas a casarse con un miembro de la guardia. A los 17 años, Houda tuvo que ceder a los designios del dictador, que había encarcelado a su hermano.«Es un traidor, espero que tú seas una buena revolucionaria»,la amenazó. Entre las presas de Gadafi figuraban desde una de sus nueras hasta la esposa de un presidente africano.«El sexo era su arma de poder», sostiene Cojean. ¿Lo sabían los dirigentes occidentales?, le pregunta la primera dama, Valérie Trierweiler, enParis Match.«Sí, los diplomáticos occidentales lo sabían (...). Conociendo sus obsesiones, me pregunto cómo Sarkozy pudo enviar a su mujer a Libia».