Las partidas que juega Irán en Oriente Próximo

El régimen de Teherán está involucrado en mayor o menor medida en la mayoría de conflictos de la región

Lugar donde ayer se produjo un atentado suicida con coche bomba en Aden.

Lugar donde ayer se produjo un atentado suicida con coche bomba en Aden. / AFP / SALEH AL-OBEIDI

MONTSERRAT RADIGALES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Irán juega un papel relevante en múltiples frentes y está implicado de una forma u otra en la mayoría de los conflictos de Oriente Próximo.

SIRIA

Irán es, junto a Rusia, el aliado estratégico más importante del presidente sirio, Bashar el Asad. Ya antes del conflicto iniciado con la revuelta del 2011, el territorio sirio era la base a través de la cual Irán canalizaba el envío de armas a la milicia chií libanesa Hizbulá.

Durante la guerra civil, el régimen de Asad ha contado con una ayuda cada vez mayor de Irán en forma de consejeros militares de la Guardia Revolucionaria Iraní, armamento,  financiación y, desde junio del 2013, miles de soldados que combaten junto a las fuerzas del régimen. También Irán promovió que Hizbulá enviara a miles de combatientes a luchar junto al Ejército sirio; así, en abril del 2013 ambos lanzaron una gran ofensiva que permitió a la fuerzas de Asad recuperar en dos meses la estratégica ciudad de Al Qusair, en la provincia de Homs y cerca de la frontera con el Líbano, una ruta crucial para el aprovisionamiento de armas. No es aventurado afirmar que sin la ayuda de Irán (y de Rusia) el régimen de Asad no habría podido sobrevivir.

En el plano político, la incorporación progresiva de Irán a los esfuerzos internacionales ha sido también evidente. El 22 de enero del 2014 se celebró en la ciudad suiza de Montreux una conferencia internacional sobre Siria, seguida de negociaciones entre las partes en Ginebra. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había enviado una invitación a Irán para que participara en dicha conferencia (conocida como Ginebra-II). La oposición siria afirmó que no acudiría si Irán asistía. Por su parte, EEUU condicionó la participación iraní a la aceptación explícita por parte de Teherán de las conclusiones del denominado “comunicado de Ginebra-I” (junio del 2012), en el que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU establecieron los principios en que debía basarse una solución política para acabar con el conflicto en Siria. Tras un par de días de confusión, Ban Ki-moon retiró la invitación a Irán. El veto se había impuesto.

No hubo veto cuando el pasado 30 de octubre, las potencias internacionales y las potencias regionales implicadas o afectadas por la guerra siria, se reunieron en Viena junto a los representantes de la ONU para buscar un consenso y ampliar los principios de Ginebra-I. Irán estuvo en la mesa. También lo estará el próximo día 25, cuando se celebrará una nueva conferencia de paz en Ginebra. Irán se ha convertido en un actor imprescindible.

IRAK

La relación de Irán con Irak estará inevitablemente siempre marcada por el trauma de la guerra que ambos países libraron entre 1980 y 1988 después de que el Irak del dictador Sadam Husein invadiera a su vecino por tierra y aire por temor a que la Revolución Islámica en Irán (1979) diera alas a la marginada mayoría chií de Irak. La guerra causó cientos de miles de muertos y su impacto psicológico perdura hasta hoy.

En cualquier caso, la caída de Sadam Husein tras la invasión angloestadounidense de Irak en el 2003 y la llegada al poder en Bagdad de gobiernos sucesivos de mayoría chií ha cambiado profundamente la relación entre ambos países. Irán se ha implicado a fondo para ayudar al Gobierno iraquí a combatir la insurgencia suní de Al Qaeda y el Estado Islámico. En junio del 2014, el comandante de la fuerza Al Quds (una unidad de élite de la Guardia Revolucionaria iraní), Qassem Suleimani, viajó a Bagdad y organizó la contraofensiva iraquí contra el Estado Islámico. Existen numerosas informaciones que apuntan que, durante años, Irán ha entrenado y financiado varias milicias chiís en Irak, algo que Irán niega. En diciembre del 2014, el diario estadounidense 'The Washington Post' informó de que Irán había enviado a Irak un millar de asesores militares. Un puñado de iranís han muerto combatiendo en Irak.

YEMEN

Irán juega también un papel crucial en la guerra civil que azota Yemen y que enfrenta a los rebeldes huthis y las fuerzas leales al depuesto presidente Alí Abdulá Saleh con el Gobierno de Abd Rabuh Mansur Hadi. La guerra dio un giro cuando los huthis tomaron el control de la capital, Sana, en septiembre del 2014 y confinaron a Hadi, quien en febrero del 2015 escapó y se instaló en la ciudad sureña de Adén, declarada capital provisional. EEUU, que llevaba ya años atacando con drones a miembros de Al Qaeda –Yemen es un bastión de la red terrorista que fundó Osama Bin Laden— apoya al Gobierno de Hadi. EEUU y Arabia Saudí alegan que Irán financia, arma y entrena a los huthis, que son chiís, aunque tanto Irán como los huthis niegan ningún vínculo.

LÍBANO

Líbano es el país más salpicado por la guerra civil en Siria y la relación entre Teherán y Beirut no puede escapar esta realidad. El núcleo de la política de Irán en Líbano se basa en su apoyo a Hizbulá, la milicia islamista chií que fue fundada al amparo de Irán tras la invasión israelí del Líbano en 1982. Hizbulá, que es también un partido político, ha recibido siempre armas, financiación y entrenamiento por parte de Irán y muchas veces ha ejercido el papel de actor interpuesto a beneficio de Irán, también en acciones terroristas. La Fiscalía argentina acusó a Irán de estar detrás del atentado, supuestamente perpetrado por Hizbulá, contra la AMIA (la mutual judía) en Buenos Aires en julio de 1994 (85 muertos). Dos años antes, en febrero de 1992, la embajada de Israel en Buenos Aires  había sufrido otro atentado del que se responsabiliza también a Irán.

El apoyo de Irán a Hizbulá fue crucial durante la guerra que Israel y la milicia chií libanesa libraron en el 2006.

Mucho más recientemente y en medio de la tensión generada por la guerra de Siria, la embajada de Irán en Líbano sufrió un atentado en noviembre del 2013. Lo que está fuera de toda duda es que la estabilización del Líbano solo será posible si la guerra de Siria encuentra una salida basada en una solución política y, una vez más, Irán será imprescindible.