LA CENSURA DEL GOBIERNO TURCO

Las mordazas de Erdogan

Una ex-Miss Turquía podría ser procesada por compartir en la red un poema crítico con el presidente turco

Acusada 8 La ex-Miss Merve Buyuksarac el pasado mes en Estambul.

Acusada 8 La ex-Miss Merve Buyuksarac el pasado mes en Estambul.

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

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Primer ministro desde el 2003 y, desde el 2014, presidente de Turquía. Con 12 años en el poder, las críticas se le atragantan cada vez más a Recep Tayyip Erdogan. Mucho más con unas elecciones a la vuelta de la esquina (las generales son el 7 de junio) y la obsesión de ganarlas para modificar la Constitución y transformar el país en una república presidencialista.

En este contexto, y desde el ascenso de Erdogan a la presidencia, la justicia turca ha incrementado el uso de ambiguas provisiones del Código Penal que abarcan desde la censura de páginas web por «incitar al odio» hasta el inicio de procesos contra individuos por posibles injurias al jefe de Estado.

El caso quizá más célebre en Turquía es el de la modelo y diseñadora Merve BüyüksaraçMiss Turquía 2006. «El 14 de enero vino la policía a mi casa. Me quedé muy sorprendida y no me podía creer lo que me estaba pasando», asegura Büyüksaraç a EL PERIÓDICO. Su «delito», compartir en una red social un poema publicado en la revista satírica Uykusuz que criticaba a Erdogan de forma velada.

«Me pareció muy divertido -explica-. De hecho, cuando me llevaron a declarar, el fiscal leyó el poema y le temblaban los labios. Se tuvo que tapar la boca con la mano». La defensa de la modelo alega que se trata, como mucho, de una crítica a un funcionario, ya que en el momento de los hechos Erdogan no era aún presidente.

Büyüksaraç, de 26 años, cree que es solo una táctica disuasoria: «El Gobierno trata de asustar al pueblo usando a la prensa y a los famosos para decirle: 'Si compartes pensamientos o fotos críticas, esto es lo que te va a pasar'». Mientras su querella es admitida a trámite, el fiscal ha pedido entre uno y dos años de prisión para la joven.

A un caso similar se enfrenta un estudiante de 13 años de la provincia de Balıkesir, quien colgó en su muro de Facebook un mensaje que un fiscal de la zona considera «insultante» para el actual presidente. «No he visto lo que escribió o compartió», señala el padre del menor en declaraciones recogidas por el diario local Hürriyet. «Pero nuestros fiscales y la policía deberían interesarse más por quienes se dedican a dividir el país y a saquearlo». Como el niño y la modelo, hay un centenar de personas más, muchos de ellos, periodistas.

Incitación al odio

Los insultos al presidente, castigados por los artículos 125 y 299 del Código Penal, no son los únicos que se prestan a una amplísima interpretación. El 216 pena con cárcel «la incitación al odio y la enemistad, así como la degradación de los individuos» y la blasfemia. En ese saco han caído 67.600 páginas web, como la del semanario francés Charlie Hebdo, a la que no se puede acceder en Turquía.

Las que tocan temas religiosos son algunas de las más afectadas en un país gobernado por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), de corte islamista moderado. Esta semana ha sido el turno de la página de la asociación de ateísmo Ateizm Dernegi. «No han especificado cuál era el problema. Se han limitado a 'caparla' sin previo aviso», cuenta a este diario el responsable de prensa de la agrupación, Onur Romano. Aunque han recurrido el fallo, no esperan una rectificación de la justicia.

«Es solo un asunto religioso», afirma Romano. «El caso caería en manos de alguien muy creyente, y ahora que tienen mayoría política y están en el poder, tomó las medidas que consideró oportunas». «Pero es gracioso -apuntan desde Ateizm Dernegi-, porque si escribes la dirección sin las tres uves dobles puedes entrar de todas formas. Aunque nadie nos garantiza que no nos bloqueen también esa dirección en el futuro...»