LA RESPUESTA DE LA CUMBRE EUROPEA A La GUERRA UCRANIANa

Las divisiones en la UE dejan en el aire las nuevas sanciones a Rusia

Un hombre entrena su puntería disparando con un arma contra carteles con el rostro de Putin, ayer, en la ciudad ucraniana de Lviv.

Un hombre entrena su puntería disparando con un arma contra carteles con el rostro de Putin, ayer, en la ciudad ucraniana de Lviv.

MONTSE MARTÍNEZ
BRUSELAS

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Lo dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, tras la cumbre extraordinaria del sábado en Bruselas: «Hay que pagar un precio». Se refería a las consecuencias que sufren los países de la Unión Europea (UE) cada vez que deciden imponer sanciones a Rusia por el papel que está jugando en el conflicto de Ucrania. Pero ni todos los países pagan lo mismo ni todos consideran que merezca la pena pagar. Las disensiones acaban, pues, con propuestas poco precisas que siempre dan unos días a Putin para rectificar.

Los agricultores españoles, directamente afectados por las restricciones a la importación de productos con las que ha respondido Putin a las primeras baterías de sanciones impuestas por la UE, saben bien, por ejemplo, el duro precio que hay que pagar. Ni que decir tiene las consecuencias nefastas para la industria alemana o para los países bálticos, dependientes energéticamente del gigante ruso.

De ahí que las sanciones a Rusia sean motivo de rifirrafe entre los Estados miembros que, cuando ya no tienen más remedio que afrontar el tema, siempre se aseguran unos días «para estudiar» las medidas y, de paso, dar a Putin una nueva oportunidad de rectificar.

La última cumbre extraordinaria no ha sido diferente y, tras constatar la gravedad que supone la incursión de tropas rusas en territorio ucraniano, los jefes de Estado y Gobierno concluyeron pedir a la Comisión acordar «con urgencia» propuestas de sanciones que se estudiarán en el plazo de «una semana».

«Habrá decisiones sobre nuevas sanciones si la situación se sigue deteriorando», dejó ir la cancillera Angela Merkel tras la cumbre, para lanzar de nuevo el mensaje a Putin de que puede evitarlas. Tímida también fue la respuesta del primer ministro británico, David Cameron:  «Tenemos que ser contundentes a la hora de demostrar a Rusia que si sigue así las relaciones con la UE y EEUU serán diferentes».

POSIBLE VETO  / «Sin sentido y contraproducentes». Mucho más contundente se mostró el primer ministro eslovaco Robert Fico, al hablar de las sanciones de la UE a Rusia y aseguró no tener inconveniente en vetarlas si llega el caso. La dependencia eslovaca del gas ruso es vital.

En la misma línea, ni Austria ni Hungría ni la República Checa ocultaron su oposición frontal a las sanciones de más envergadura a Rusia. «Ir más allá con las sanciones nos va a dañar solamente a nosotros mismos», dijo el canciller austriaco Werner Faymann.

En julio, la UE impuso importantes sanciones a Rusia que pasaban por limitar las operaciones con bonos rusos y el veto a la venta de material de inspección petrolífera y nuevos contratos de venta de armas.