ACTO EN LA GRAN MEZQUITA DE PARÍS

Musulmanes con miedo

Las comunidades islámicas francesas temen la estigmatización tras el asesinato del rehén en Argelia

Pancartas contra el terrorismo, tras el rezo, en París.

Pancartas contra el terrorismo, tras el rezo, en París.

EVA CANTÓN / PARÍS

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Eran poco más de las 14.30 horas cuando, finalizada la gran oración del viernes, los hombres empezaban a salir de la Gran Mezquita de París. Algunos se quedaron en la plaza situada enfrente, mientras se les sumaban cientos de personas que respondieron a la convocatoria del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) que representa, con unos cinco millones de creyentes, la principal organización musulmana europea.

Con la concentración frente a la mezquita querían mostrar su repulsa al terrorismo tras el asesinato del francés Hervé Gourdel por un grupo yihadista argelino vinculado al Estado Islámico (EI). Tras un minuto de silencio en memoria del guía de montaña, el rector de la mezquita, Dalil Boubakeur, proclamó: «Nosotros, musulmanes de Francia, decimos alto a la barbarie». Pero la iniciativa tuvo también sus críticas, como la de un joven y acalorado miembro de la Unión Musulmana por la Dignidad que pidió el anonimato. «Se nos pide a los musulmanes excusarnos de algo que no tiene nada que ver con el islam. Eso es incoherente», se quejó. A su juicio, Francia es «responsable» de estar bajo amenaza terrorista porque «ha financiado a los rebeldes sirios y ahora las cosas se vuelven en su contra».

Khadi es una chica de 19 años que lleva un hiyab color fucsia, acaba de terminar sus estudios de comercio y tiene sus orígenes en Mali Senegal. Lamenta que los terroristas hayan dado una mala imagen de los argelinos y teme la estigmatización. «Por el hecho de que los integristas hayan matado a este hombre no tienen por qué meternos a todos en el mismo saco», comentó a este diario. «Creo que estos terroristas han sido fabricados, manipulados por Occidente», dijo por su parte el joven francotunecino Rachid, demostrando que el debate sobre las causas está sin resolver en la sociedad francesa.

Las intervenciones políticas se sucedieron frente a la mezquita, donde abundaban las mujeres de mediana edad con velo. Cuando le tocó el turno, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, pidió «unidad en la diversidad». Pero tras los mensajes institucionales, están los de quienes creen que los yihadistas amenazan su identidad. «Estamos entre dos fuegos, Tenemos que demostrar nuestra buena voluntad, cuando no tendríamos que justificarnos. Y estos terroristas están ahí para destruirnos. Nuestra vida no va a ser fácil», resumió Fátima, una madre de familia.